“Me he gastado 70 euros y no he comprado nada...”. ¿Les suena esta cantinela? No me hace falta que el Instituto Nacional de Estadística informe periódicamente del incremento del coste de la cesta de la compra: tengo mi propia analista en casa y antes de que se publiquen los datos oficiales, los suyos, los domésticos, van por delante y no admiten réplica. Yo le he aconsejado, ante sus quejas constantes, que compre en el mismo supermercado que la ministra Nadia Calviño, quien dijo el pasado mes de febrero que ya había notado la supuesta bajada de precios en los alimentos tras la retirada del IVA: supongo que no será clienta de Mercadona… Pero aún hay algo peor que gastar mucho y tener la sensación de comprar cada vez menos: gastar más y recibir menor cantidad de producto. No voy a dar marcas, pero he observado que en algunos envases opacos se ha rebajado el contenido del interior, ya sean artículos de limpieza o de alimentación. Y hay quien tampoco se corta con el contenido a la vista, por ejemplo, con cacahuetes y frutos secos. Algo parecido está pasando con las raciones de los menús del día, según el rastreo diario de un amigo versado en este asunto. En fin, nos sacuden por todas partes. La analista me mira y asiente.