Más que una oportunidad perdida es una muestra de prepotencia y un aviso para los votantes. Promover la venta en lugar de alquiler, la vivienda libre en lugar de la protegida. El equipo de gobierno municipal en el Ayuntamiento de Pamplona ha vendido al mejor postor seis lotes de suelo con capacidad para construir nada menos que 635 viviendas en Iruña. Es decir, se ha desecho de su patrimonio público para beneficio de los promotores.

La maniobra de Maya condiciona la política de vivienda pública de los próximos años y, además, ningunea a la mayoría municipal. Para empezar porque UPN y PP se ponen de acuerdo para sortear el pleno en vísperas de las elecciones y recurrir a la junta de gobierno, y a los poderes que se le dieron en tiempos de Barcina, para vender el suelo disponible de los mejores solares de la ciudad. No vaya a ser que al equipo municipal que entre se le ocurra alguna otra idea bolchevique como cederlas a Nasuvinsa para que promueva vivienda de alquiler social. Ahora entendemos porqué razón se lleva meses mareando la perdiz y no queriendo firmar convenio con el Gobierno foral. Ese suelo no se quería destinar a vivienda de alquiler joven.

No se entiende de otro modo que se subaste por la puerta de atrás seis lotes de suelo a promotores privados para construir nada menos que 635 viviendas de las que únicamente la mitad serán protegidas (a lo mejor muchas de ellas VPT, la más cara de la gama) y una mínima parte de ellas para alquiler. Suelo de titularidad municipal del que se deshace para ponerlo en manos de promotores privados lo que de entrada tendrá dos efectos directos. Primero, se queda sin suelo y limita la oferta de vivienda protegida y de alquiler y, en segundo lugar, puede encarecer el precio de las viviendas al ser solares céntricos situados en barrios nuevos como Arrosadía, Txantrea Sur, Sadar o Etxabakoitz Norte. La operación se disfraza además con la supuesta de entrada de ingresos a las arcas municipales: 30,7 millones, siete millones más del precio de salida.

¿Y cuánto cuesta realmente cubrir las necesidades en materia de vivienda de los vecinos de la ciudad? Con 30 millones no tenemos ni para comprar 120 viviendas en un mercado como el de Pamplona a 2.500 euros el m2 que cuestan. Por no hablar de que casualmente hay barrios como San Jorge a los que sólo toca VPO. Es curioso que un Ayuntamiento que no ha sido capaz de construir ni una sóla vivienda protegida en toda la legislatura sólo intervenga para poner en bandeja a los constructores el poco suelo que tiene. Miedo da el futuro de Donapea. Huele mal pero esta subasta es sin duda la mejor foto de campaña que puede tener la derecha de cara al 28 M. Ya habrá retales en Etxabakoitz o en Milagrosa para hacer alguna vivienda de caridad, y siempre podemos rehabilitar las de San Pedro. El resto, para los que pueden pagársela. Mercadear con la vivienda en lugar de garantizarla.