Como todo el mundo, suelo confundir a veces los sueños con la realidad. O mis elucubraciones con la realidad, porque sueños, como tales, no sé si tengo, más allá de lo normal. Pero sí es habitual que uno, en su estupidez aunque sea momentánea, crea que lo que él piensa es lo correcto y que incluso considere qué es lo que deben de pensar los demás, como si tuviese el derecho no ya solo de saber qué piensan los demás sino qué deberían pensar.

No sé ni quiero saber qué piensan los votantes del PSN en Pamplona cuando votan a una candidata que dice que no hará alcaldesa a tal o alcalde a cual, ni lo pretendo, pero lógicamente algo piensan y si creen a su candidata igual tengo que convenir conmigo mismo que esos casi 16.000 vecinos que votaron al PSN estaban de acuerdo con esa decisión y que por tanto no se han llevado chasco alguno con lo sucedido. Hace 4 años, el PSN hizo lo mismo y los que no votamos al PSN y los que escriben en redes y en general los que opinamos seguro que dijimos que eso lo iba a pagar el PSN. No lo ha pagado.

El apoyo recibido en la ciudad ha sido casi idéntico, a pesar de que se dijera por activa y por pasiva que se iba a hacer lo que se ha hecho: la estatua. Entonces, me tentaré mucho la ropa de anunciar ahora hecatombes terribles para los socialistas dentro de 4 años o yo qué sé, pues visto está que por lo menos esta vez no han pagado con ningún batacazo su no apoyo a desbancar a la derecha del sillón municipal. ¿Son peores que yo, menos listos, menos lo que sea esos votantes que votan algo así a conciencia? Ni loco contestaría que sí. Quizá hubo un tiempo en el que lo pensé, ahora ya no sé si tiene sentido creer que solo un voto te convierte en algo que no convierten otros votos. Ellos y ellas sabrán, claro. Mi mayor duda es saber qué hubiesen votado si Saiz llega afirmar que si se daba el caso hubiese apoyado a Asirón.