Wislawa Szymborska, narradora y traductora polaca que en 1996 logró el Premio Nobel de Literatura, nació el 2 de julio de 1923, razón de peso a estas alturas para volver a leer, ya en en el siglo XXI, a una autora que formó parte en su juventud del Partido Obrero Unificado Polaco y parece ser que publicaría su primer poema, Busca la palabra, en 1945, si bien su primer obra en forma de libro es Por eso vivimos, de 1952. Llamada al Yeti (1957), Mil alegrías, un encanto (1967) y Aquí, de 2009, son otros de sus trabajos mejor reconocidos e incluso en 2014 aún aparecería un libro póstumo: Hasta aquí, pero nunca debe olvidarse que la poeta polaca también realizó crítica literaria en revistas como Vida Literaria.
Wislawa Szymborska, además, formó parte, al menos, de otra publicación: Kultura, ésta editada en París, mucho después de romper con el citado Partido Obrero Unificado Polaco y, en realidad, fue una sólida traductora de obras en lengua francesa y perteneció a distintas asociaciones de escritores y cuenta con la traducción al castellano de otras obras suyas, como Correo literario (2018) y Canción negra (2020), ambas de Nórdica. Por su parte, el cubano Reinaldo Arenas nació hace ahora 80 años: el 16 de julio de 1943, origen de un autor habituado a presentar textos dotados de una geografía mágica no exenta de evidente realismo.
Arenas, opositor al régimen de Fidel Castro, publicó novelas como Celestino antes del alba (1967) y El mundo alucinante (1969) pero es conocido, esencialmente, por su texto autobiográfico Antes de que anochezca, adaptada a la gran pantalla por Julian Schnabel, filme por el que Javier Bardem sería nominado al Oscar al Mejor actor. Dicho testimonio, presentado por Tusquets a finales del pasado año, está basado en la complicada existencia de quien se suicidaría a finales de 1990 enfermo de SIDA.