Cada año desde hace ocho, vecinos del Casco Viejo de Pamplona dedican un fin de semana a hacer balance de sus actividades comunitarias, exponen lo logrado y lo imposible de asumir, idean nuevos caminos y retoman viejos retos a encarar. En estas Jornadas de Barrio, el grupo de cooperativismo dibuja ideas para lograr un lugar vivo en el que bien vivir y la gente que organiza las fiestas vuelve a contar las mil trabas que nuestro Ayuntamiento –siempre molesto con lo que no controla– les pone, a la par que lanza el reto de imaginar celebraciones menos sucias, molestas, masificadas, alcohólicas…. También hay un grupo que dedica parte de su tiempo a darle vueltas al mal de muchas ciudades –la gentrificación–, clama por la devolución del espacio público que las terrazas han hurtado, por el exceso de eventos ajenos al Casco Viejo que en él se realizan y por el imparable incremento de los pisos turísticos. Unas calles con espíritu comunitario acogen también el quehacer de sus jóvenes, a mediadores en conflictos, a gentes de distinta procedencia que se relacionan en torno a sus gastronomías, a una asociación infanto-juvenil que sueña con crear un club deportivo pese a que la zona carece de polideportivo, etc. Muchas iniciativas conforman un barrio que hoy se siente más vivo que nunca.