El presidente de la Asociación de Amigos de Olentzero dijo en la presentación del desfile de este año que “No nos gusta que Olentzero sea el Papá Noel vasco, no nos gusta que traiga regalos”. Añadió que tampoco les gusta la idea de que sea una persona de carne y hueso y que prefieren el Olentzero “tradicional”, tal y como se celebra en Lesaka.

Xabier, con todo el cariño del mundo porque sé que eres una gran persona y amante de nuestra tierra, creo que tenemos que tener en cuenta que lo que llamamos tradiciones de toda la vida no son más que fotografías de un momento determinado. En Lesaka Olentzero es el muñeco de un carbonero vestido de una determinada manera porque esa es la representación que se fijó en el concurso que viene organizándose desde 1945, y ese es el modelo que se ha generalizado desde que en 1959 se trajera a Pamplona y después, en la década de los 60, se convirtiese en humano y se decidiese promover como personaje de todo el territorio del euskera.

A la derecha de la imagen, un olentzero de Lesaka transportado con una cuadrilla infantil.

Pero esta no es la única manera de concebir esta figura. En Leitza, por ejemplo, están recuperando la costumbre de poner en los balcones diferentes muñecos que pueden ser representaciones de mujeres, hombres, oficios diferentes, músicos, dantzaris... como se hace desde que se tienen testimonios. Y antes de ser un personaje bonachón fue un ser poco ejemplar y hasta terrorífico que asustaba a los pequeños y amenazaba con su hoz a aquellos que osasen romper el ayuno.

Las tradiciones cambian, porque si no ya no serían tradiciones, serían fósiles. De hecho, para la gente de menos de 50 años lo tradicional es que Olentzero sea de carne y hueso y traiga regalos y en esta sociedad tan consumista eso es inevitable, porque si no los trae él los va a traer Santa Claus.