“Por mi parte, esto ha sido todo. Muchísimas gracias por su confianza y su compañía durante todo este tiempo. Adiós y buenas noches”. Discreta y escueta hasta en la despedida, Ana Blanco nos ha dicho adiós desde el televisor tras más de 30 años asomándose prácticamente cada día a nuestras vidas desde las distintas ediciones del Telediario y en este último año los sábados en Informe Semanal.

De Ana Blanco se pueden elogiar muchas cosas, pero si algo resume su trayectoria es que no ha pisado charcos (algo tan difícil en esta profesión) y se ha sabido mantener tan fiel a su estilo como a su peinado convirtiéndose en un referente de los Telediarios de TVE. 

Empezó discreta en el Telediario de fin de semana, el 15 de septiembre de 1990, haciendo pareja con Francine Gálvez, que se llevaba todas las atenciones por ser la primera presentadora de raza negra, y se marchó igual de discreta casi 32 años después, el 15 de agosto de 2022, como quien se va de vacaciones de verano, hasta que en septiembre, ya sí, nos contaron que no volvería al Telediario porque había pedido un cambio y se encargaría de otros menesteres en la casa, como han sido el programa Todo cambia y finalmente el veterano Informe Semanal, en el que, el pasado sábado, se permitió esos cinco segundos para asuntos propios: despedirse de todos nosotros que llevamos una vida conociendo de su voz, y su eterna serenidad, lo bueno, lo malo y lo terrible de la vida.

La marcha de Blanco, que ha decidido acogerse a la jubilación anticipada, ocurre apenas dos meses después de la marcha de Pedro Piqueras (el otro gran referente de la información televisiva) de Tele 5, también por jubilación. Ambos curiosamente se asomaron por primera vez a TVE en sendos programas de Jesús Hermida, Piqueras como invitado de Por la mañana para dar el salto al informativo matinal, inicio de tanto, y Blanco en el vespertino A mi manera, antes de su estreno en el Telediario fin de semana, inicio de otro tanto.

Con las privadas explotando el modelo Carrascal (mezcla de información y opinión) y TVE saliendo al campo con un equipo de suplentes, a falta de que metan sus propios goles que les permita salir como titulares la próxima temporada, la información televisiva anda escasa de referentes: los grandes comunicadores que han ido dejando su puesto no han encontrado relevo. Si acaso Carlos Franganillo se ha ganado el título de nuevo referente, que está por ver si consigue renovar en su etapa telecinquera.

Así que no nos vamos a engañar, la marcha de Ana Blanco (aunque lógica y merecida) es una mala noticia para la televisión y para sus espectadores. Hoy, más que nunca, necesitábamos su serenidad para contar las noticias en una tele llena de egos y gritos. Se la va a echar en falta.