El viernes estuve renovando el DNI. Tuve que hacerme fotos nuevas, porque la que llevé le pareció al funcionario que no reflejaba mi estado actual. Llevaba el mismo corte de pelo, la misma largura y las mismas entradas, pero me dijo que ahora se me notaban más canas. La foto tenía dos años, así que, aunque no estaba de acuerdo con él, no me quedó más remedio que hacerme una nueva y ahora tengo fotos nuevas con más canas. En dos años, a juicio de aquel buen hombre, tengo más canas, un matiz físico que no noto en mí, al contrario que otras cosas que sí voy notando conforme va pasando el tiempo. En esas estaba cuando al llegar a casa me di de bruces con la noticia de que la persona de más edad que hay ahora mismo en el mundo es española, vive en una residencia en Girona y esta semana cumplió 117 años: María Branyas.

La de veces que habrá renovado esta mujer el DNI, no lo quiero ni pensar. Es la única persona que queda viva en el mundo nacida en 1907 y está a dos meses de entrar en la lista de las 10 personas que oficialmente más tiempo han vivido a lo largo de la historia. La verdad que a mí estas cifras me impresionan, así como la cantidad de hechos históricos e inventos nuevos que han acompañado su vida, porque la lista es inmensa.

Baste decir que ya tenía 29 años cuando empezó la Guerra Civil Española y aquí sigue, con muchos problemas de oído pero al parecer en un más que buen estado físico. El caso es que siempre me ha intrigado si estas personas tan mayores no se han cansado alguna vez de pensar o de tener que hacer cosas o si simplemente van cogiendo los asuntos tal y como llegan y no le dan demasiadas vueltas a casi nada. Vamos, saber si son gente nerviosa o gente tranquila. ¿Ustedes creen que un nervios o una nervios llega a los 117? Pa mí que no, aunque a saber, que los cuerpos son muy sorprendentes. 1907, madre de Dios, ¡faltaban 44 años para el primer DNI!