La derecha se ha enredado a cuenta del traspaso de la gestión de Tráfico a Navarra y hace tiempo que ya no sabe cómo salir de ahí. Para retorcer todo un poco más, ahora ni siquiera van de la mano UPN y PP. Ambas formaciones sólo están de acuerdo en que este servicio se debe seguir prestando de forma compartida entre la Policía Foral y la Guardia Civil para que ningún agente del Instituto Armado se vea afectado por este traspaso competencial. En otras palabras, regionalistas y populares coinciden precisamente en lo que es técnicamente desaconsejable, por mucho que sea la fórmula que se emplea en la actualidad. Desde hace años hay técnicos de Interior han subrayado que continuar como hasta ahora no es lo más eficaz y que el control de las carreteras puede mejorar si se ejerce desde un mando único. De esta manera se evitará que, como ocurre en ocasiones, los dos cuerpos policiales acudan a un mismo siniestro, lo que no deja de ser una innecesaria duplicidad de medios y una deficiente utilización de los servicios públicos. Y también es la manera de evitar que, por aquello del uno por el otro, la casa se quede sin barrer y ninguno de los dos cuerpos se presente en alguna tarea concreta. Que también ha sucedido, aunque en menor medida.

Dando la espalda a esta realidad, UPN y PP siguen enrocados en defender la ineficacia por el simple hecho de que han decidido politizar hasta las últimas consecuencias un asunto que debería resolverse con criterios puramente técnicos. Y como desde la ruptura de Navarra Suma, rivalizan por un mismo espacio electoral, tratan de marcar su propio perfil en un asunto que siempre ha gozado del apoyo unánime del arco parlamentario. En cambio, ahora cada uno porfía por imponer su criterio.

UPN, que desde sus orígenes ha hecho gala de ser el rey del oxímoron con su defensa a ultranza de la Navarra foral y española, entiende que en su particular defensa de los derechos históricos de Navarra también encaja que la Policía Foral y la Guardia Civil gestionen nuestras carreteras de forma compartida, al tiempo que acusa al PP de buscar excusas para no defender el régimen foral. Y el PP, que no se atreve a ponerse de frente en materia de autogobierno, porque sabe que todas las encuestas revelan que este tema cuenta con un amplísimo respaldo social, intenta ganar protagonismo condicionando su apoyo a la reforma del Amejoramiento a la redacción de un convenio entre los gobiernos navarro y español. Sabe que nadie le va a hacer caso, salvo Vox, pero es una manera de marear la perdiz y ocupar espacio en los medios de comunicación.