Tengo curiosidad por ver el siguiente paso de Ayuso, por asistir a una nueva ocurrencia, a otro desafío, a la enésima provocación. No hay quien la pare. Está convirtiendo al PP en el PPA (Partido Popular de Ayuso). Y va a terminar devorando al vacilante Feijóo.

Porque la presidenta de la Comunidad de Madrid ha diseñado su propia estrategia, no contempla la diplomacia en la política y está cómoda sumergida en el barro. Lo mismo monta una parada militar con revista de la tropa de Policía Municipal que se trae a Milei –siguiendo la estela de Abascal– para que le haga un monólogo contra los zurdos con la excusa de entregarle una medalla. Se comporta, sin disimulo, con aires de jefa de Estado (ya dijo aquello de que “Madrid es España dentro de España”).

Pero no creo que Ayuso improvise y menos asesorada por Miguel Ángel Rodríguez; tampoco cuando el sábado afirmó que Navarra nunca ha sido una nación, desatando una catarata de reprobaciones y poniendo en un brete a Javier García y su tropa local que vamos a ver qué dice hoy. Quizá opte por el silencio, como el presidente del partido: animaron el protagonismo de Ayuso y se encuentran ahora con que han creado un monstruo. Bienvenidos al ayusismo.