Quizá solo se trata de que en este agosto tranquilo en Navarra un junta letras que tiene que sentarse frente a la pantalla con una columna en blanco cada día cualquier frase o gesto se puede convertir en una intuición periodística y de ahí llegar a construir un argumento que contar a las lectoras y lectores de este espacio. Cristina Ibarrola estuvo ayer en Radio Euskadi en una entrevista en la que insistió en buena parte de los argumentos que expuso la pasada semana en una conferencia de prensa sobre la estrategia con la que UPN va a abordar el nuevo curso político.
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Reiteró su mano abierta a otros grupos, con especial referencia en la posibilidad de acuerdos con Geroa Bai, también con el PSN, al que le repitió sus duras críticas y reproches, pero lo que me llamó la atención es que a una pregunta de la periodista Eider Hurtado sobre si Javier Esparza seguirá como portavoz de UPN el Parlamento de Navarra, su respuesta fue simplemente “por ahora sí”. De la insistencia de la entrevistadora solo siguió que más o menos no se puede saber hoy puede pasar en un tiempo. Y la referencia al tiempo tampoco sonó a que fuera ser muy largo. Puede que no sea así y me equivoque, pero creo que apunta a un relevo de Esparza en la portavocía de la Cámara foral.
Tras la salida de los parlamentarios María Jesús Valdemoros e Iñaki Iriarte y la posible sustitución de Esparza al frente del grupo parlamentario cuesta señalar, repasando la lista de los nombres de UPN que ocupan escaño ahora, quién puede ser quien asuma esa responsabilidad política e institucional. Más importante aún porque Ibarrola no tiene la importante presencia política de formar parte de la Cámara y porque su papel político, más allá de labor interna en el partido, se reduce a ocupar una concejalía en el Ayuntamiento de Iruña en los sillones de la oposición. Gana, eso sí, que nadie le haga sombra de protagonismo en UPN.
También es verdad que todos los cambios, en cualquier ámbito de trabajo, conllevan la toma de decisiones y la necesidad de convicción en el nuevo camino a emprender. Y siempre encuentran reticencias. Aún así, Esparza tiene experiencia, capacidad dialéctica de debate, conoce a sus adversarios en la polémica parlamentaria y tiene buenos contactos en los grupos del Gobierno para negociar.
Otra cosa es que Ibarrola piense en él para otras funciones, que le dé por amortizado –muy habitual en la política de los partidos–, o que el propio Esparza tenga decidido cerrar poco a poco una etapa y reiniciar su vida profesional, familiar y personal alejándose del duro y casi siempre ingrato mundo de la política para quien está en primera línea y pone la cara en el cartel de líder. Al menos, para estar atentos. Hay mucho movimiento de salidas y cambios en UPN tras la llegada de Ibarrola y su equipo.