Admito que tras 34 años escribiendo informaciones, reportajes, editoriales, columnas y entrevistas estoy cada vez más perdido en todo esto de la alta velocidad en Navarra. No hay que engañarse. Es la historia de una falsedad permanente. El cuento de nunca acabar. La obra interminable. Un sindiós. Cuando no es un tramo, es el otro. Ahora, la conexión del corredor navarro con la Y vasca que garantiza la salida a la ruta europea es la cuestión abandonada su suerte. La decisión sobre el lugar del enlace entre ambas redes tenía que haberse resuelto hace años, pero la falta de acuerdo entre las instituciones –Estado, Navarra y la CAV–, en unos casos y la falta de presupuesto de financiación en otros, ha ido aplazando la solución definitiva.
El pasado miércoles la presidenta Chivite y el lehendakari Pradales pasaron de puntillas sobre esa parálisis histórica y se limitaron a exigir al Gobierno central que entregue cuanto antes los estudios técnicos y medioambientales para decidir entre las dos alternativas actuales: enlace directo de Iruña a la muga con Iparralde y a Europa por Ezkio y Gipuzkoa o la conexión de Iruña con Vitoria-Gasteiz y de ahí hasta la frontera. No sé cuál es la mejor decisión económica, técnica y medioambiental, pero sí sé que el proyecto inicial de la alta velocidad y de su corredor navarro apostaba claramente por un enlace con la Y vasca directo hacia Europa. Creo que la apuesta del Ministerio, que es el que va a decidir, será la de Vitoria-Gasteiz y Navarra puede volver a perder el tren del desarrollo del ferrocarril a Europa como ya le ocurriera en el siglo XIX.
De hecho, ninguna de las dos opciones cuenta con apoyos políticos mayoritarios ni en Navarra –donde UPN, Geroa Bai y PP apoyan la vía por Ezkio y PSN se inclina por Vitoria, opción en la que también situó a EH Bildu Otxandiano esta misma semana–, ni en la CAV, donde el PNV tiene abierto un conflicto de intereses territoriales entre Álava y Gipuzkoa, ya que ambas diputaciones defienden la conexión con Navarra por su territorio. De momento la unión del corredor navarro con la Y vasca sigue en vía muerta, pero no es solo este enlace, casi todo el proyecto en Navarra sigue sin definir.
No hay un solo kilómetro de la nueva red ferroviaria disponible y se avanza a la misma velocidad que el caracol en la construcción de la plataforma por la que en un futuro transcurrirá el trazado de altas prestaciones. Se avanza sin mucho orden con pequeños tramos hacia Campanas, pero poco más. Un coste de miles de millones para ganar muy poco tiempo de viaje y sin aclarar todavía las capacidades de la nueva vía para el transporte de mercancías.
La necesidad de impulsar un nuevo corredor ferroviario de norte a sur de Navarra que conecte con Europa a través de la Y vasca y con Madrid y el Mediterráneo a través de Zaragoza son la clave. Pero no ha ocurrido en más de 30 años y no se ve claro que pueda ocurrir en los 30 siguientes. No solo no está acordada la conexión con la Y vasca, tampoco están asegurados los plazos del tramo entre Zaragoza y Castejón. Y queda por saber el futuro de la estación en Tudela, y qué ocurrirá con el bucle y la estación de Pamplona, que se quedará en Etxabakoitz para satisfacer intereses privados. Lentitud y muchas incógnitas 34 años después que aumentan las también muchas dudas de la sociedad navarra.