Iker Jiménez mezcló el otro día churras con merinas para salir al paso de que se haya quedado con el culo al aire a cuenta de las sandeces que se han dicho en su programa sobre la tragedia de la dana en Valencia y los muertos del parking de un centro comercial que alguien intentaba ocultarnos a la población, como si los muertos no tuvieran familiares que los reclaman y pudieran desaparecer bajo un folio. Y también habló sobre un tipo que colabora, pero ahora resulta que no es del equipo, al que cazaron manchándose de barro los pantalones por la misma razón, porque Valencia tras el paso de la dana estaba llena de churras y merinas.

Y como gran argumento justificativo explicó a los espectadores que el tipo lo hizo porque “es presumido” y que nosotros, tras ver el cazote, pensamos mal porque no sabemos lo que es un falso directo con churras ni un raccord con merinas, y que todo vale si la causa es buena. Así que para rematar su argumentario recurrió al tópico del donde dije churra, digo merina, y que revise usted el programa porque él, por lo que sea, no tiene a mano esos cortes que alguien ha manipulado en redes, a la vez que echó mano del no menos infalible y tú más y empezó a tirar barro a los demás medios para escurrir el bulto y hasta recurrió a Alcasser como comodín de las churras y las merinas.

Y donde un titular ponía sospecha o estar en vilo por si había muertos en el parking él lo equipara con sus fuentes que confirmaban que nos mentían y todo estaba lleno de muertos con churras y merinas. Así que tras ponerse algunas medallas por repartir churras y merinas y pinchar dos ruedas en la tragedia, escurrió el bulto con el chimpún final: si ustedes no estaban ahí no lo pueden entender, que te vale tanto para una churra como para una merina. Y de remate se puso una pulserita con la bandera de España, y a otra cosa, mariposa.

Al final, las consecuencias de la dana nos han mostrado la carita, que ya sospechábamos, de algunos programas y los extraños intereses a los que responden. 

Y por fin, tropecientos días después, vimos también a Antena 3 montar un informativo desde el lugar de la catástrofe, con una Sandra Golpe explicando lo ocurrido como quien muestra el lavavajillas a ganar en El precio justo pero diciendo muchas veces la palabra guerra, guerra, guerra... El informativo más visto de la cadena líder de audiencia fue el último en llegar para hacer desde allí las noticias, más tarde incluso que la tardía ayuda oficial, que ya es decir.

La tele, que ha tenido en esta catástrofe ejemplos de trabajo excepcional como los Telediarios de TVE y sus periodistas, también ha tenido programas de variedades con ganas de montar un circo de tres pistas a base de desinformación, morbo y conspiración. Está bien mirarse en el espejo de Alcasser, pero conviene más mirarse en el propio y hacer autocrítica sincera, más allá de mezclar churras con merinas.