La voz de Ola Arafat es una voz con fuerza, de las que no se olvidan fácilmente una vez que la escuchas. Una voz conocida en Navarra para todas las personas que junto a ella nos hemos alzado en defensa del pueblo Palestino y contra el genocidio de Israel.
Esa fuerza de sus palabras ha estado en muchas charlas en estos meses, en casi todas las manifestaciones y en muchas conversaciones y encuentros para dar voz a quienes no la tienen y acercarnos hasta aquí el sufrimiento de su pueblo. Nacida en Gaza hace 47 años, Arafat llegó a Navarra en el 2002 y desde entonces ha trabajado en el campo de la biotecnología, sin dejar de lado su apoyo a las personas migrantes, con iniciativas como la plataforma Yala Nafarroa con Palestina o la recién creada Salam Gaza. Ahora ha sido reconocida por el Gobierno de Navarra, en el Día de los Migrantes, por toda esta trayectoria, en un acto en el que recordó la necesidad de defender los derechos humanos del pueblo palestino. Arafat, como otras muchas personas que en diferentes ciudades recibían un merecido reconocimiento por su aportación a la sociedad, apeló a la necesidad de acabar con los discursos y prejuicios que tratan de discriminar y hasta criminalizar a la población migrante. “Hay que cambiar las gafas que miran a los migrantes como algo alarmante porque esos discursos de fácil consumo no hacen más que alimentar el odio y la xenofobia”, decía. No tiene que ser fácil llegar a un lugar y tener que empezar de cero. Décadas atrás fueron nuestra familias quienes emigraron, hoy nos toca acoger a quienes vienen. Personas que llegan con la mochila cargada de sueños y se despiertan con la cruda realidad de las dificultades, en una sociedad para la que son tan invisibles como esenciales.