El tiempo a recuperar
Vaya por delante que el tiempo de descuento no existe, es una denominación incorrecta que se ha ido imponiendo de manera incomprensible dentro del vocabulario futbolero. La regla 7 a lo que se refiere es a la recuperación del tiempo perdido, nada hay que “descontar”.
Al finalizar cada una de los dos partes del partido el árbitro debe evaluar el tiempo que debe recuperarse porque se ha perdido en: sustituciones, atención a lesionados, pérdidas deliberadas de tiempo, sanciones disciplinarias, pausas de refresco y rehidratación, revisiones de VAR, celebraciones de goles y otras interferencias varias.
Son circunstancias poco objetivas en su valoración temporal y por eso se intenta concretar algún tiempo cuando es posible. Por ejemplo, se considera que una sustitución estándar durará medio minuto y la celebración de un gol un minuto. Esto no pasa de ser una recomendación a los árbitros porque las Reglas de Juego no entran en estas concreciones.
En el fútbol moderno de élite la utilización del VAR obliga a tiempos añadidos amplios que muchas veces tienden a hacer interminables los partidos, no puede ser de otro modo porque de no ser así se estaría atentando contra el precio de la entrada que paga el espectador cumplidamente. En mi opinión parte del problema viene de que entre unos y otros estamos llevando al fútbol hacia un uso excesivo de la herramienta que no nació para eso.
También es cierto que las prolongaciones suelen ser más generosas en unas competiciones que en otras dependiendo de las instrucciones que el organismo organizador trasmita a sus árbitros e incluso, y esto debe vigilarse, en unos árbitros más que en otros, la unificación de criterios no siempre es perfecta.
No deja de ser curioso que cuando se produce un gol definitivo en ese tiempo de recuperación, los jugadores vencedores corren, saltan, se abrazan y celebran el tanto por todo lo alto, los derrotados se desploman en el césped y hasta prorrumpen en llantos desconsolados, su frustración no admite límites, y como la frustración humana suele buscar un chivo expiatorio lo encuentran generalmente en el árbitro. Recientemente, en un partido de nuestra Tercera el equipo local ganó el partido marcando un gol trascurridos cinco minutos de recuperación y el entrenador visitante, sin encontrar mayores argumentos, gritaba camino de los vestuarios: “¡Nunca nos dais nada!”. Y en ese plan.
Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol.