¿Cuantas viviendas nos caben en la comarca de Pamplona para resolver la demanda que tenemos entre manos? ¿Cuánta solidaridad tenemos que pedir a algunos valles del extrarradio? ¿Es bueno hacer un desarrollo urbanístico a gran escala como en los viejos tiempos cuando se construyó Mendillorri o Sarriguren pivotado desde la administración? Esta semana hemos conocido el plan sobre el que trabaja el Gobierno de Navarra para expropiar los terrenos situados al fondo de Sarriguren para levantar 4.000 viviendas protegidas, en realidad entre Sarriguren y Badostáin (concejo). El tema suscita un debate apasionante sin duda. ¿Es mejor ir edificando poco a poco para ir dotando de servicios a los nuevos barrios y no crear barrios dormitorio o para abaratar costes tenemos que hacer una actuación de choque que solucione de un plumazo una lista de demandantes de VPO que supera los 200.000? ¿Los pequeños solares disponibles son ingestionables, caros o insignificantes si queremos dar un paso en firme? ¿Es tan complicado el plan de Etxabakoitz -con 3.148 VPO y 2.097 VPT- con suelo en manos de promotores que se va a demorar mucho su desarrollo? ¿Es el proyecto de Donapea (2.500 protegidas) más fácil de mover pero resulta insuficiente? ¿Es casualidad que el Gobierno anuncie una inyección de nueve millones para el nuevo centro de edificación de la construcción en el que Navarra quiere ser pionero a nivel industrial¿ ¿Acaso será Sarriguren su primer experimento?
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¿Se aprovechará para crear otras fórmulas de promoción de viviendas que ya existen en otras grandes ciudades como las cooperativas o el cohousing con cesiones de uso a 75 años? ¿Se está pensando en una política de vivienda pública de alquiler y de venta? ¿Seremos capaces de construir en un tiempo récord antes de que hacinemos a jóvenes que desean emanciparse? ¿Crecer mucho en la comarca perjudica al resto de Navarra y las estrategias de despoblación?
¿Cómo va a lidiar el Gobierno con Egüés, un ayuntamiento -sin una mayoría clara de gobierno por cierto- que había retomado la planificación de su término municipal y al que impone un PSIS? ¿Tendrá problemas para expropiar? ¿Cómo puede hacerse sostenible este crecimiento si hay 12.000 habitantes viviendo ya en la Ecociudad?
El tema de la vivienda está de lo más interesante. Un asunto sin duda complejo que además requiere abordarlo con el máximo consenso. Para empezar dentro del propio Gobierno foral (el PSN lleva Cohesión Territorial y Ordenación del Territorio, Podemos tiene Vivienda y, Geroa Bai, Desarrollo Rural y Medio Ambiente...). Un Ejecutivo con el apoyo de EH Bildu que, a su vez, gobierna o tiene peso en muchos ayuntamientos. La legislatura avanza y urge tomar decisiones. Un pacto en todo caso que también es necesario contrastar con la ciudadanía. La vivienda tiene que ser un derecho pero el urbanismo que lo sustenta debe tener una base sólida y duradera. Para dibujar un modelo de convivencia social.