No confundamos mérito con élite. No confundamos ser buena en algo con ser excepcional en algo. No confundamos tener eco mediático con ser excepcional en algo. Verdeliss tiene eco, tiene mérito humano y deportivo por correr una maratón en 2:49 y los 100 kilómetros en 7:47 –que es récord de España ratificado por la Real Federación Española de Atletismo puesto que pasó control antidopaje y la prueba está homologada– y es buena corriendo.
De hecho, es muy buena a nivel nacional en ultrafondo, que son carreras de 100 kilómetros o más o de 24 horas. De ahí a querer ubicar a la atleta navarra en una especie de pódium siquiera nacional de las pruebas de fondo que se disputan –5.000, 10.000, medio maratón, maratón– o poder acudir a Mundiales o Juegos Olímpicos, hay un abismo. Las marcas de Estefanía Unzu Verdeliss distan más de 25 minutos en maratón de las mejores logradas por atletas españolas estos años pasados, una diferencia abismal. El récord navarro de maratón lo ostenta la fantástica Ana Casares con 2.36:55, 12 minutos menos que la mejor marca de Verdeliss.
En Medio Maratón, Maitane Melero atesora la plusmarca foral con 1 hora y 12 minutos. Son marcas ahora mismo completamente fuera del alcance de la influencer, que sigue teniendo mérito porque lo tiene en sí mismo lo que hace, pero que es básico aclarar que no forma parte de ninguna élite dentro de las llamadas distancias clásicas. ¿Puede ser élite en los 100 y más? Ya lo es, al menos a nivel nacional, aunque haya que recalcar que son pruebas con poco gancho y poca participación. ¿Mérito? Todo. Pero, a 1 hora y 15 minutos del récord del mundo y a 50 minutos de la mejor marca europea.
Son simples apuntes deportivos para destacar que perfectamente convive el hecho de ostentar un mérito indudable con no formar parte de la elite del atletismo clásico, aunque sí estar entre las mejores nacionales en los 100 kilómetros.