Parafraseando a Clemenceau cuando decía que “La guerra es demasiado importante para dejársela a los militares”: hay cosas en el fútbol demasiado importantes para dejarlas en manos exclusivas de la gente del fútbol. Hablamos del disparate de que el partido Villarreal-Espanyol del lunes no se suspendiera hasta las 21.07 horas, 7 minutos después del horario previsto de inicio, y con más de 10.000 espectadores en las gradas. Y a esas 10.000 personas nos referimos: con alertas rojas en varias zonas de Castellón desde las 16.00 horas, muchas de ellas corrieron riesgos al ir y al volver del estadio de La Cerámica. Aunque no hubiera peligro en Villarreal. No, no es el fútbol el que tiene que decidir si puede o no jugarse un partido como ése, porque su ámbito es puertas adentro del estadio. Son las autoridades civiles las que tienen que estar atentas y prohibir toda concentración de gente en tardes-noches como ésa. Seguimos sin aprender.
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