Síguenos en redes sociales:

El cielo desde casa

El cielo desde casaJAVIER BERGASA

Mirábamos las calles vacías a través de la ventana y salíamos a las ocho a aplaudir a quienes no podían estar simplemente esperando a que ese virus pasara de largo. Entonces también nos tocó cerrar por primera vez el planetario. Ahora con el incendio se ha echado el cerrojo y nada más, pero en marzo de 2020 decidimos no parar y nos dedicamos a elaborar historias que después (ojalá pronto, deseábamos) volver a contar al público; también intentamos imprimir máscaras para los sanitarios. Unos se pusieron a pintar las constelaciones en un trabajo que desde hacía decenios no se había sistematizado como lo hicimos desde el Pamplonetario; rehicimos las fichas didácticas de las sesiones de la escuela de estrellas; montamos cursos online para que las tecnologías llegaran a la chavalada confinada… Y se nos ocurrió que cada ventana y cada balcón podía ser un observatorio astronómico. Por eso lanzamos la campaña #ElCieloDesdeCasa, invitando a que algún ayuntamiento apagara las farolas que entonces no hacían tanta falta (cosa que nadie hizo) pero sobre todo para que la gente observara desde casa las estrellas y planetas que seguían por ahí arriba sin saber del coronavirus. Con los dos metros de separación que decían los avisos jugamos a hacer escalas del universo y en las redes y con la complicidad de otros planetarios y aficionados a la astronomía tuvimos una distracción para no pensar en que se acababa todo lo que conocíamos.

Quizá porque éramos más ingenuos teníamos clara nuestra vocación de servicio, de contar con la ciencia. Aunque no conseguimos que el mundo cambiara a mejor sí vivimos esa efervescencia que desarrolló nuevas vacunas en un tiempo récord, demasiado tarde para las personas que murieron pero con la efectividad que requería la pandemia. Hace cinco años mirábamos el cielo buscando respuestas.