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Una regla humilde

Una regla humildePexels

Siempre ha habido clases y categorías. También dentro del imaginario club que forman las 17 Reglas de Juego existen algunas nobles e importantes y otras de poca monta que pasan casi inadvertidas, las pobres. Sin lugar a dudas la regla reina es la número 12 “Faltas y conducta incorrecta”, le acompañarían en su trascendencia una corte compuesta por la 3 “Los jugadores”, la 5 “El árbitro”, la 11 “El fuera de juego” y la 14 “El penal”, todas ellas reglas de enjundia suficiente para hacer sudar tinta china a los árbitros de cualquier categoría que tienen que responder a continuos exámenes y ejercicios durante su trayectoria.

Luego vendrían la clase media de las reglas y por último las más modestas hasta llegar a la regla número 2 “El balón” que, sorprendentemente y a pesar de ser el objeto, tan traído y llevado, alrededor del que se mueve todo el juego, merece escasa atención para su estudio y poca tela que cortar para su análisis.

Aunque sólo sea por reparar esta desatención merecerá la pena referirnos a la pelotita y escribir algunas líneas sobre ella. La regla 2 describe el balón como una esfera de dimensiones poco exactas, su circunferencia estará entre 68 y 70 centímetros, su peso entre 410 - 450 gramos y su presión entre 0.6 y 1.1 atmósferas al nivel del mar. Las distintas competiciones dispondrán los demás detalles materiales y estéticos, atentos, cómo no, a hacer un provechoso negocio con su puesta en venta.

Cuando intentamos confeccionar alguna pregunta sobre esta regla acabamos invariablemente refiriéndonos a qué sucede cuando el balón se deteriora durante el juego y los examinandos responden con seguridad que debe detenerse el partido inmediatamente y que se reanudará con un balón a tierra, utilizando uno en las debidas condiciones.

¿Es correcta su respuesta? Pues más o menos. Toda regla tiene su excepción y ésta la centra en el lanzamiento del tiro penal. Cuando el balón se estropea en su breve recorrido desde el lanzador hasta la portería el juego no se reanuda con un balón a tierra sino que se repetirá el tiro penal.

La justificación es lógica, resultaría un tanto injusto que la avería de la pelota impidiera al equipo ejecutor la posibilidad de un gol bastante probable. Diferente será que el balón se dañe al rebotar en el poste, entonces sí que se reanudará con un balón a tierra cedido al portero dentro de su área.

Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol