El Valle de Roncal no tiene salida. Dicho así suena a situación desesperada, como si este lugar del Pirineo navarro viviera uno de sus momentos más complicados. Esperemos que no, pese a la despoblación, que no se logra revertir y todo lo que ello conlleva. El Valle del Roncal no tiene salida en el nuevo tramo de la Autovía A-21 recientemente inaugurado. La apertura que une Tiermas y Sigüés se ha vendido siempre como una manera de acercar este valle, reduciendo las curvas que lo separan de Iruña por la ya vieja carretera, facilitando el acceso no solo a los residentes de la zona sino también a todos aquellos que quieran acercarse a disfrutar de este enclave turístico, que de paso conviene recordar que es la misma carretera por la que se pasa a Francia, a Europa.
Pero la única salida posible en esta nueva A-21 es la que indica Sos del Rey Católico, la salida 65. Nada de Valle de Roncal, nada de Francia, nada de Arette, nada de Larra-Belagua, nada que indique por dónde llegar al territorio roncalés. Solo llegarán quienes sepan que hay que coger esa salida 65 para una vez fuera de la autovía dar la vuelta y transitar unos 4 kilómetros por la vieja carretera para llegar a Venta Carrica y enfilar, entonces sí, la carretera de la Foz hacia Sigüés, Salvatierra y finalmente Burgui, como entrada al valle.
No es comprensible este olvido, si es que es un olvido. Uno más. Ni fácilmente justificable por parte del Gobierno Central y el Gobierno de Navarra. Dicen que habrá que esperar a que terminen las polémicas obras de recrecimiento del pantano de Yesa para contar con una salida propia hacia Sigüés que indique, si es que entonces alguien se encarga de recordarlo, que desde allí se accede al valle navarro. Mientras tanto, solo queda salir en dirección a Sos o volver a las curvas.
Desde la Junta del Valle de Roncal, ante esta falta de señalización que sin duda perjudica a la actividad económica y turística además de a los vecinos y vecinas del valle, han pedido a Carreteras del Estado que al menos se actualice el cartel de salida indicando expresamente "Valle de Roncal / Erronkaribar". No sé si lo harán, todo es raro. Este valle siempre ha estado a muchas curvas de distancia, como bien lo filmó Montxo Armendáriz en su película Obaba, ese lugar ficticio que el cineasta navarro localizó en el Roncal. Su protagonista detiene su coche y pregunta a un lugareño: "¿Cuánto falta para llegar a Obaba?", "87 curvas" le contesta. Curvas que filmó en esa carretera de acceso al valle que ahora no tiene salida en la Autovía.
Curvas que siguen y seguirán aunque sean menos, porque así es el Pirineo. Y que no deberían ser una manera de aislarnos. No siempre el mejor destino es aquel al que se llega en línea recta.