Yo ya no sé qué pensar de la gente. Casi todo el mundo parece más o menos normal hasta que le tocan la fibra con algo y se vuelven medio locos. Estos días se ha montado un revuelo increíble en Sevilla con la restauración de la imagen de la Macarena. El fin de semana expusieron la talla para que el público la viese después de un proceso de limpieza y “rejuvenecimiento” y se montó un follón espectacular. Gente destrozada, enfadada, llorando porque no reconocían la cara de la Virgen, las redes incendiadas, dimisiones en tropel… Todo muy visceral. A la vista de la reacción furibunda de gran parte de los fieles, la hermandad cerró el templo y le cambió las pestañas a la virgen. La verdad es que le habían puesto unas pestañas fashion bastante exageradas. Y luego, por la noche y a puerta cerrada, le hicieron algunos retoques más.

Me pregunto qué pasaría aquí si un día restauraran la imagen de San Fermín y le cambiaran la cara o le quitaran el color morenico. Aparte de la indignación de unos cuantos, yo creo que al resto nos daría bastante igual. Incluso muchos ni nos daríamos de cuenta.

Es como lo de la imagen de Cristo de 37 metros que quieren levantar en Boadilla del Monte, en Madrid. Más grande que la de Río de Janeiro. Seguro que a Ayuso le parece una idea brillante. Y eso ¿para qué? Un proyecto de unos 18 millones de euros de los que la Asociación de Devotos del Sagrado Corazón ha recaudado unos 95.000.

En fin, igual es por el calor extremo que derrite las meninges. Y el verano no ha hecho más que empezar. Para este fin de semana anuncian la primera ola de calor oficial. Ola va, ola viene y así un par de meses o tres. En cualquier caso cuidaos y pasad un verano estupendo.