Nada que reprochar. El osasunismo nunca da por buena una derrota, pero hay partidos como el de ayer en los que el planteamiento del entrenador y el rendimiento de los jugadores merecen al menos un elogio. Durante setenta minutos, Osasuna contuvo, con un dibujo de 5-4-1, a un Barcelona que no encontraba fisuras y, si las localizaba en esa doble muralla, Sergio Herrera echaba una paletada de cemento en el hueco de su portería.
Entonces, ¿por qué salió derrotado Osasuna? Pues por un error tan sencillo como perder la defensa posicional: las dos veces que los zagueros tuvieron que correr hacia atrás, recibieron el aguijonazo de Raphina. Porque el plan de Lisci estaba claro: contener sin sumergirse en el área y enviar pases largos a Víctor Muñoz. Cuando el extremo tuvo oportunidad de correr a campo abierto, que fueron cuatro o cinco veces, sacó los colores a los defensas blaugrana. Se fabricó una magnífica ocasión de marcar nada más comenzar la segunda parte, pero como le ocurrió vistiendo la camiseta del Madrid en un clásico, reaparecieron los fantasmas de Montjuic y no pudo orientar el balón entre los tres palos.
Derrotas que enseñan
Está claro que el entrenador italiano tiene más habilidad para montar sistemas de contención; otra cosa es cuando le toca llevar la iniciativa, dar ritmo a los movimientos de ataque y avasallar al rival. Por ahí le queda trabajo por hacer con Osasuna. Pero si se trata de defender, conoce bien el manual. Basta con recordar cómo se desenvolvió el equipo en las recientes visitas al Real Madrid, Atlético y Villarreal, los otros aspirantes al título esta temporada.
El 1x1 del Barcelona-Osasuna: Arguibide llama a la puerta
Pero esta estrategia no sirve para El Sadar, donde los rojillos están presionados para ir sumando puntos. En este sentido, el partido con el Alavés es determinante, con lo que la eliminatoria de Copa en Huesca es un compromiso al que muchos futbolistas van a llegar ya con la lógica fatiga de un encuentro con enorme desgaste por estar persiguiendo toda la tarde a rivales con mucha movilidad y a balones que siempre estaban en las botas de los otros.
Fue este, además, un partido que anima a profundizar en algunos detalles. El primero y más importante: si no pones a los chicos de la cantera que tienen algo que aportar, nunca vas a saber si valen para el primer equipo o no. Hablo de Arguibide, claro. Me atrevería a decir que en sus dos recientes apariciones como titular ha rendido mejor que en el Promesas en lo que va de curso.
“Da rabia que el gol llegue de un saque de banda a favor”
Hizo ayer una primera parte excelente contra Rashford, bien colocado y sin que en ningún momento le pesara la inexperiencia. ¿Van a apostar por él o no? ¿O harán como con Herrando? Que el central no haya tenido sitio en las defensas de cinco que ha montado Lisci es incomprensible. Otro asunto a tener en cuenta es la posición de pivote, en la que se está cayendo Torró, bien por lesiones o porque no está en su mejor año. Y, para acabar, un dilema más que serio: Budimir no está en las cifras de producción del año pasado, no creo que haya alguien que dude de él, pero no aprovechar la racha de Raúl García es tirarse piedras contra el propio tejado.
Lisci: "Hemos hecho un partidazo; mis jugadores han hecho casi todo lo que les he pedido"
En la situación por la que pasa Osasuna, enfrentarse al Barcelona podía causarle un daño anímico o, al contrario, fortalecer su autoestima. Creo que ha sucedido lo segundo. El equipo no manchó su imagen y dejó buenos detalles, señales de que hay margen para mejorar. En eso estamos.