Diputados y senadores se irán hoy de vacaciones con la incertidumbre de saber si el Gobierno estatal conseguirá mantener los próximos meses el respaldo de sus socios tras un agitado fin de año por los casos de corrupción y acoso sexual, y la apertura del nuevo ciclo electoral que se acaba de iniciar en Extremadura.
Si el objetivo del Partido Popular (la candidata María Guardiola mantiene posiciones) al adelantar elecciones autonómicas previstas en 2027 era precisamente alcanzar una mayoría absoluta que le permitiera gobernar sin depender de Vox, el resultado no ha hecho sino fortalecer a la ultraderecha que duplica resultados. La derecha copa ya el 60% del voto en Extremadura que ha sido un bastión socialista y que ha sufrido una debacle histórica. Existe el temor a que estos resultados se trasladen al conjunto del país y que supongan un cambio de rumbo en 2026 teniendo las elecciones de Aragón, Castilla -León y Andalucía por delante. Sobrevivir hasta 2027 va a resultarle difícil a Sánchez.
A Vox se le abren las costuras
Y el auge de Vox en zonas rurales y despobladas resulta preocupante. Abascal lanzó su mensaje claro: PP y PSOE son corruptos y es la única fuerza que se preocupa por la región y el campo. El electorado ponderará sin duda sobre temas importantes como el empleo, la gestión de servicios o la seguridad pero va calando ese mensaje de que no confíen en los partidos tradicionales a cuyos líderes quizás vean débiles o contradictorios. Sin olvidar que los casos de corrupción y los últimos escándalos, queden como queden en el tablero judicial, parecen estar haciendo mella en el PSOE.