La humanidad se parece a una autopista, cuando todos la usamos adecuadamente a todos nos beneficia. Unos pocos, a quienes hemos prestado nuestro dinero, se han hecho con la propiedad de la autopista, y la utilizan conduciendo maquinaria de guerra? en dirección contraria.

La Policía y los políticos no se atreven a detenerles, porque son sus amos; mientras observan cómo sus propios hijos son aplastados por estos suicidas. (...) Los sabios (sabiduría = inteligencia + bondad) nos enseñan que no lo hacen por maldad, que los dueños del mundo son ignorantes, tanto como sufrimiento producen sus acciones. Entonces, todos tomamos conciencia de nuestra verdad interior. Y libres del miedo detenemos nuestros autos en la autopista para frenar a estos enfermos de poder y codicia.

Nuestra acción pacífica calma el tráfico y los dueños del mundo detienen sus vehículos, despiertan de su error y enderezan el rumbo. Ahora, todos juntos, nuestros hijos y los suyos, fluimos en armonía hacia una humanidad mejor; porque un mundo mejor es posible.