El ministro de la guerra

(...) Los nombramientos ministeriales me han sorprendido, y de forma muy especial en la figura del ministro de Defensa, Pedro Moranés Eulate, traficante de armas.

Este señor de la guerra es director ejecutivo en España de la empresa MBDA, que diseña, fabrica y vende misiles a unos 90 ejércitos de todo el mundo, entre ellos el Ejército del aire y el Ejército de tierra de España. Misiles que no se usan para curar catarros y que evidencian, por lo menos, cierto conflicto de interés.

Pero la cosa no acaba ahí. Hasta hace un mes, justo antes de las elecciones, qué casualidad, nuestro flamante ministro era representante de la empresa Instalaza SA, cargo que ocupaba desde desde mayo de 2007, fabricante de bombas de racimo y empresa en la que ya trabajaba desde 2005 como consejero.

Estas peligrosas bombas, fabricadas en España por Instalaza SA, según Human Rights Watch, fueron utilizadas contra la población civil por el denostado y ya asesinado Muamar el Gadafi en la reciente guerra civil libia.

Handicap International documentó la muerte de más de 11.000 civiles por bombas de racimo en 23 conflictos repartidos por todo el planeta, pero la cifra real muy fácilmente podría llegar a sobrepasar los 100.000 dado que en la mayoría de los casos resulta imposible documentar absolutamente nada en zona de guerra, bajo fuego intenso, bajo las bombas que vendían este señor y sus socios del mundillo.

Sería mi deseo, y pienso que es también el de la mayoría de los ciudadanos del Reino de España, que el Ministerio de Defensa fuera ocupado por un pacifista. Alguien que no vea en cada conflicto armado que se presenta una ocasión de negocio, alguien que vele por la paz y por la solidaridad entre los pueblos.

Por todo lo anterior, pido a Mariano Rajoy que cese inmediatamente de su cargo a Pedro Moranés Eulate por su baja moralidad y su nula sensibilidad pacifista, por sus intereses demostrados en la industria armamentista, por el daño causado, y ponga en el cargo a una persona pacifista de demostrada experiencia en la lucha por los Derechos Humanos.