Desahucios, ¿un mal evitable?
Cada día vemos cómo centenares de personas se quedan sin su casa. Todo ello porque llevan unos meses en los cuales no han podido pagar la hipoteca. Porque, admitámoslo, nadie tiene seguro no perder el trabajo en estos tiempos, en los que despedir es tan fácil y rápido. Pero, ¿quién los echa de sus casas? Los bancos. Esos mismos bancos que han sido rescatados con dinero público y que en estos momentos tienen beneficios. Esos mismos bancos que ahora tienen miles de pisos en venta a precios irrisorios, que nadie compra ni comprará a corto medio plazo. ¿Por qué no se les impuso una cláusula en el famoso rescate contra la facilidad de desahuciar? Hay formas de evitar que las familias que se han quedado sin trabajo, sin casa y con una deuda que les asfixia no sean desahuciadas. Yo veo dos opciones: la dación en pago (que ya ha sido respaldada en algunos casos) y el alquiler social. Esta última beneficia a las dos partes. Al banco, que tiene miles de pisos muertos de risa, y a los hipotecados les permite no vivir con la soga al cuello. Claro que esto no produce casi ningún beneficio. Ya saben lo que les importa.