Uno de los temas más delicados de la Iglesia católica es la sexualidad, esa postura tan radical y que todavía prevalece: el celibato y la castidad. Hoy, todavía, los que hacen votos o compromisos como religiosos consagrados a dicha actividad, en teoría nunca han de tener relaciones sexuales, ni siquiera a nivel individual. Es decir, si un sacerdote o una monja se masturban, en teoría deben comentarlo verbalmente a su confesor, en ese rito establecido de la confesión. El ser humano, sea religioso o no, solamente debería dar ese tipo de explicaciones a un cónyuge comprometido, suponiendo que tuviese relaciones fuera de su pareja y se hubiesen prometido de antemano fidelidad... o a Dios. Únicamente a Dios (en la intimidad de su conciencia), en el caso de que las personas vivan sin emparejarse. No deberían de mezclarse el plano espiritual con el plano material, como se hace ahora. Eso de estar emparejado espiritualmente con Jesús o con la Virgen pertenece únicamente al plano espiritual, y nada al plano material. Ahora bien, si alguien desea voluntariamente permanecer soltero o célibe para entregarse mejor a una dedicación determinada, es libre, y solamente deberá dar cuentas a Dios en este sentido. Pero hoy en día el tema de la sexualidad es un método psicológico y de aplicación práctica para someter mejor a todo el conjunto de la pirámide, desde el Papa hasta los sacerdotes y monjas de base. Y además quieren influir públicamente con el tema de la sexualidad en el resto de la sociedad. No hace falta entrar en detalles porque todos sabemos que cada cierto tiempo alguien alza la voz públicamente para tratar de reprimir en algún tema relacionado con lo sexual. Si este Papa quisiera abarcar el tema con seriedad, dedicaría un tiempo para hacer una consulta general entre todos los religiosos y poder preparar un cambio definitivo. Pero Bergoglio se ha limitado a decir: "pido perdón por los abusos". Y se queda ahí, en el lenguaje puramente simbólico y religioso. Sin querer entrar en el lenguaje real y práctico, en el que la religión vive dentro de una sociedad democrática y no quiere enterarse. Presionan para conseguir dinero de las arcas públicas, pero no quieren someterse a la democracia verdadera.
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