Tras ingreso de familiar para realizar cirugía y tras 24 horas en UCI, o sea 36 horas sin alimento, le pasan a planta y traen un maravilloso menú: un puré de verduras a 100º y del resto ni nos acordamos.
No se pueden describir las condiciones organolépticas del puré; a la tercera cucharada deja de comer porque nota que no le sienta bien. Tras 24 horas de disconfort abdominal intentando buscar su causa (será la medicación, será tal, será cual?), inicia un proceso de diarrea aguda pero que muy aguda y, por supuesto, encamado.
Repasando los días anteriores, advertimos que no hay otro motivo (ingreso asintomático, 36 horas sin alimentación, estancia en UCI y de UCI a habitación sin ningún contacto con otras personas y alimentos), salvo el puré?
Por supuesto no tenemos pruebas científicas del estado sanitario de la alimentación que ofrece Mediterránea de Catering, pero solamente con observar sus condiciones (olor nauseabundo, temperaturas sobrepasadas, comidas camufladas con salsas de coloración, olor y sabor atípicos?), hace que nuestro olfato detectivesco nos lleve a pensar que la diarrea fue originada por el mal estado del puré de verduras. Por otra parte, la persona que comenzó con las tareas de rehabilitación en el gimnasio de la clínica me comenta que hay varios casos de pacientes con diarreas.
Tras el episodio descrito llega la fase de recuperación. Dieta astringente de Mediterránea de Catering. Desayuno: café con leche y naranja. Comida: otro delicioso puré de verdura y pescado de consistencia marmórea. El resto de días no sabemos en qué consistió el menú porque no volvió a probar tan deliciosa dieta.
Paseando por los pasillos compruebo que las bandejas se devuelven en su mayoría sin tocar, y, comentado con algunos pacientes, un porcentaje elevado no la prueban. Aunque indiques, como en mi caso, que no vas a probar esa comida, al día siguiente ahí están las caprichosas bandejas, es evidente son ¿20 €? por bandeja?
Hablo con personal profesional y comentan el aumento de intolerancias digestivas, con vómitos y diárreas en los pacientes desde que Mediterránea de Catering lleva la gestión de las cocinas.
Me gustaría saber hasta cuándo vamos a tener que aguantar la alimentación de esta empresa y de sus dudosas intenciones, por supuesto no curativas.
Ruego a los nuevos regidores un cambio drástico en este tema y la vuelta a los orígenes. En un ingreso anterior, en el mes de noviembre de 2012, la cocina y el trato era de sobresaliente.
A los anteriores regidores políticos que impusieron el cambio en las cocinas hospitalarias, y a los dirigentes de Mediterránea de Catering les deseo un ingreso en la clínica Urbamin, a ver si tienen agallas de probar los menús que han elegido para sus conciudadanos, y si deciden probarlos y tienen suerte y les toca la china, se evitarán futuras liposucciones.