La postura agnóstica de Trump respecto al cambio climático es internacionalmente conocida, debido a que el gran magnate estadounidense prometió poner en marcha medidas altamente contaminantes como el fracking, incumpliendo así varios tratados internacionales, como el acuerdo de París. Sin embargo, el presidente norteamericano no es el primero en violar acuerdos internacionales contra el cambio climático en su propio beneficio, ya en 2011 Canadá abandonó el protocolo de Kyoto para no tener que pagar multas por sus emisiones. La existencia del calentamiento global no es algo que esté abierto a debate, dado que factores como el aumento del CO2 en la atmósfera, la disminución de los hielos del Ártico, el retroceso de los glaciales, la aparición de eventos meteorológicos extremos y sobre todo la subida de las temperaturas y el nivel del mar prueban la existencia del problema. Ningún partido político o país debería tener derecho a afectar negativamente al conjunto de la Tierra. Nuestro planeta, al ser de todos, no es negocio de nadie.
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