Ante la decisión del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que sentencia que Gemma Zabaleta, Arnaldo Otegi y el resto de sus compañeros no tuvieron un juicio justo porque la jueza Murillo no era imparcial, qué diremos de la imparcialidad que ha acompañado todo el caso Altsasu en el que nuestros jóvenes, acusados de una agresión por la Guardia Civil, han sido encausados por la jueza Lamela, condecorada por la Guardia Civil, instruido el caso por la Guardia Civil, juzgados por un tribunal cuya presidenta era la jueza Espejel, condecorada por la Guardia Civil y familiar de un alto cargo de dicho cuerpo, y ahora pendientes del recurso presentado ante la sala de apelación de la misma Audiencia Nacional, en la que 2 de los 3 componentes del tribunal también han sido condecorados por la Guardia Civil, juez y parte en todo el proceso. Todavía están a tiempo de aceptar nuestra recusación de este tribunal y propiciar una sentencia acorde con lo que acaba de declarar el Tribunal de Estrasburgo. Una vez más, y hasta que lo consigamos, justicia para los jóvenes de Altsasu.