El 27 de mayo fue publicado en DIARIO DE NOTICIAS un artículo titulado Instituciones políticas y Caídos, que firmaban Víctor Moreno, Ángel Zoco y Txema Aranaz. En esta ocasión los miembros del Ateneo Basilio Lacort responsabilizan al Partido Carlista de lo que dijera o dejara de decir El Pensamiento Navarro durante el periodo comprendido entre 1939 y 1981, es decir, desde el final de la Guerra Civil hasta el cierre del histórico periódico.

Si bien es cierto que El Pensamiento Navarro nació en 1897 como portavoz oficial de la Junta Regional del Partido Carlista de Navarra, propietaria del diario, esta situación cambió con la Guerra Civil. Para evitar que El Pensamiento Navarro fuera expropiado por el Gobierno de Franco, como ocurrió después del Decreto de Unificación con los demás periódicos carlistas, su propiedad fue transferida a Editorial Navarra SA, cuyas acciones se repartieron como se repartieron?

Lo cierto es que lo que únicamente debería haber sido una mera tapadera legal para burlar al régimen franquista, acabó implicando un distanciamiento entre el diario y el Partido Carlista.

Entre 1939 y 1966 la identidad ideológica de El Pensamiento Navarro se despolitizó y se folclorizó, para disgusto de la militancia carlista. Por eso la revista Montejurra (nº 3, 1961) afirmaba respecto al diario que: “Contestando a unas consultas que se nos vienen haciendo por muchos queridos amigos, que muestran su extrañeza, tanto en cartas como personalmente, referente a la no actualización del carlismo de El Pensamiento Navarro, y a su solo recuerdo de tiempos pasados, como si ahora los carlistas no tuviéramos nada que decir. Hemos de poner en conocimiento de todos los carlistas, para que saquen las correspondientes consecuencias, que, de los seis señores que actualmente componen el Consejo de Administración, cuatro de ellos enviaron su adhesión a Estoril; éstos son los siguientes: don Luis Arellano, don Javier Agudo, don Ángel Induráin y don José Gaytán de Ayala (conde consorte de Rodezno). Por ahora sobra todo comentario”.

Más claro, agua. De los seis miembros del Consejo de Administración, cuatro eran franco-juanistas que después de la presentación de Carlos Hugo en el Montejurra de 1957 habían acudido a Estoril a reconocer como rey a don Juan.

Esta realidad cambiaría en 1966, con la entrada de Javier María Pascual como nuevo director. Durante cuatro breves pero brillantes años El Pensamiento Navarro reflejaría la línea política del Partido Carlista en consonancia con un catolicismo progresista reforzado después del Concilio Vaticano II.

Pero en 1970 llegaría la ruptura. Javier María Pascual, que en 1969 fue desterrado en Riaza por ser un referente de compromiso social y político, publica un artículo afirmando que en 1936 los entonces dirigentes del carlismo navarro movilizaron el requeté a cambio de un plato de lentejas y cuatro alcaldías. Como consecuencia, la mayor parte del Consejo de Administración acordaría la destitución del director, mientras que la Junta Regional del Partido Carlista de Navarra llamaba a sus militantes a boicotear el diario. A partir de este momento El Pensamiento Navarro no solamente no tuvo nada que ver con la línea política del Partido Carlista, sino que participó activamente en la campaña propagandística de la llamada Operación Reconquista con motivo de Montejurra 76 en la que, como bien sabrán, hubo dos personas asesinadas y decenas de heridos a causa de la actuación terrorista (sentencia de la Audiencia Nacional 5/11/2003) de un grupo de fascistas organizados y financiados, entre otros, por el aparato del Estado.

Para finalizar, recordar que en un artículo publicado en DIARIO DE NOTICIAS el pasado 28 de abril, titulado Laurac bat, el escritor y crítico literario Víctor Moreno afirmaba de manera un tanto altanera, en respuesta a Javier Cubero, que: “es muy probable que antes de que Javier Cubero hiciera la Primera Comunión, él ya se había leído en el Archivo General de Navarra, El Pensamiento Navarro al completo”.

Visto lo visto, habrá que pensar que era un farol y que Javier Cubero tenía razón cuando hablaba “de la ignorancia del señor Moreno sobre la Historia del Carlismo”.