El soporte crítico que mantiene el sistema capitalista se basa en el derecho sucesorio, que garantiza la transmisión de las herencias de padres a hijos sin trabas y permite que los poderosos se perpetúen en sus privilegios sólo por el hecho biológico de nacer en el seno familiar. En modo alguno se propugna aquí que el Estado confisque el patrimonio al morir su titular, pues provocaría más complicaciones que soluciones respecto al correcto control de su transmisión y destino; es rechazar que constituya un derecho absoluto de los herederos y los propietarios estén obligados a transmitirlas sin atención a sus merecimientos. Los sistemas fiscales tienden a rebajar e incluso a eximir las transmisiones y sucesiones mortis causa en función del grado de parentesco. Se trataría de asumir como opuesto a la justicia social que todo heredero tenga la certeza de que sea cual haya sido su conducta y capacitación tendrá garantizado su disfrute, exento de tributar sobre la herencia que reciba de sus progenitores en primer grado. Es lógico que quien haya logrado acumular un patrimonio legítimamente, y después de tributar lo que corresponda, tengan derecho al disfrute de sus bienes, pero que los hijos y sucesivos herederos, sin atender a criterios sociales y sólo por motivos biológicos tengan garantizado su futuro, supone una discriminación favorable a los ricos al no considerar la capacidad moral y social como seres humanos. Las herencias deberían tributar progresivamente en función de diversos parámetros subjetivos, a tipos significativamente más altos respecto a los actuales, con un mínimo vital exento; sin bonificaciones según grado de consanguinidad, pero contemplando aquéllas en función del tipo de bienes o derechos en los que se hallen materializados y su impacto social. Pero partiendo del principio de justicia de que una gran parte del patrimonio debería pasar a pertenecer a la comunidad al morir quien la logró acumular eliminando el derecho a ser transmitidos de forma automática a los herederos cuyo vínculo exclusivo sea el parentesco y gravados sólo simbólicamente.