Señor Samuel Valderrey no sufra y esté tranquilo, si se quita la asignatura de religión (católica y ahora también musulmana en algunos centros) de las aulas y se hace que toda la educación financiada con dinero público (pública y concertada) sea laica, que es lo más saludable y lo más honesto, seguirán estudiándose las religiones y su influencia y consecuencias en las sociedades, pero desde un punto de vista puramente académico, desde las asignatura de Historia y Filosofía fundamentalmente, como ya se hace, y no desde un ente privado adoctrinador como es la Iglesia católica.

Las clases de religión son un negocio más y muy importante de la Iglesia católica al que no quieren renunciar, es comprensible; pero la sociedad no tenemos que hacernos cargo de financiar entidades privadas que no aportan nada al currículum académico y se dedican a extender su doctrina. En Navarra, unas/os 200 profesores de esta materia, o mejor dicho doctrina, están contratados con dinero público. Una entidad privada como es la Iglesia católica contrata y despide a personal a su antojo con dinero público saltándose todos los criterios de contratación de la Administración pública para impartir su doctrina.

Como profesor que es reflexione, impartir y recibir religión en las aulas de financiación pública no es un derecho, es un privilegio que viene del pasado. Si la Iglesia católica tiene tanto interés en impartir religión que lo haga gratuitamente y fuera del ámbito escolar de financiación pública.