“Los años van pasando y seguimos aquí, porque somos Osasuna, eso nunca va a morir”.

Estas palabras con las que empiezo a muchos os sonarán, forman parte de un cántico que, en los últimos tiempos, bien podría decirse que ha adoptado la categoría de himno para la hinchada rojilla. Un cántico que retumba allá donde lo cantamos, cual chupinazo del 6 de julio explotando en el cielo de Pamplona. Un cántico que si algo transmite es fuerza, unión, pasión y sentimiento a partes iguales. Y un cántico que en este año, más si cabe, cobra (por lo menos para mí) un sentido superior.

Porque ha costado pero ha llegado. Ya hemos entrado en 2020, año de nuestro centenario, y como dice la canción: “Seguimos aquí”. Seguimos aquí tras 99 años de transmisión del sentimiento osasunista. De una trasmisión realizada de abuelos a nietos, de padres a hijos, de tíos a sobrinos... que no solo ha recorrido el mapa entero navarro de norte a sur y de este a oeste sino que también ha terminado llegando a muchos lugares que nuestros antepasados allá por 1920 ni podían imaginar.

Es por eso que quiero, en este año tan especial recién comenzado en el que vamos a llegar a la cifra mágica que todos deseábamos llegar y que tanto temimos años atrás no alcanzar, que estas palabras sirvan como homenaje a todos y cada uno de ellos, a los que están pero también a los que ya no están, porque creo que es un buen momento para hacerlo.

Así que a todas aquellas personas que poblaban las gradas del antiguo campo de San Juan, entre los que estaban mis abuelos, a todas aquellas personas que más tarde llenaron de vida El Sadar, entre los que estaban y están mis padres, y a todas aquellas personas que, aun no pudiendo asistir a los partidos, decidieron un día y a una hora, por el motivo que sea, vivir y compartir su pasión por el club con un amigo, un conocido o un familiar, gracias. Porque lo habéis conseguido. Hoy el osasunismo está más vivo que nunca. Lo estamos comprobando. Y vosotros, generación tras generación, habéis sido los cómplices y responsables de ello.

Ahora es nuestro turno. Los “chavales de tu tierra” (como diría otra de las canciones) os cogemos el testigo, recogemos el guante, asumimos como nuestra esa misma responsabilidad que vosotros adoptasteis en su día y nos ponemos el mono... o mejor dicho, la bufanda y camiseta rojilla de trabajo. Esperamos estar a la altura.

El camino, desde luego, ya nos lo habéis enseñado.

Aúpa Osasuna!

¡Feliz año... del centenario!