Hasta que un barco de grandes dimensiones alcanza velocidad constante adentrado ya en mar abierto, debe transitar el delicado momento de cargar con el ancla a la espalda y desligarse del puerto. Es en esos momentos cuando el buque siente su mayor vulnerabilidad y son del todo necesarias la cautela, la prudencia y la paciencia, como si de tres virtudes se tratase, para afrontar quién sabe qué tormentas venideras. A sabiendas que la tripulación es la primera vez que viaja con un mismo destino. Es un símil que creo le viene como botón al ojal al nuevo gobierno de las Cortes españolas.

Precisamente uno de esas embestidas furas antes de echarse al mar es la constante acusación, por parte de la derecha en todo su abanico, de que están allí avalados por la extinta ETA. Que el Voxismo lo use como arma arrojadiza se acerca casi a la lógica viendo su historial, pero que Mayor Oreja, easonense de nacimiento, moldeado en múltiples herrajes políticos, caiga en la misma verborrea, se acerca? casi a la lógica también. Lamentablemente. La brasa del terrorismo va ya para una década que dejó de estar caliente por mucho que se le intente dar fuelle recordándola y trayéndola al presente más actual.

Mayor, siendo ministro de Interior cariacontecido para las fotos de julio del 97 en Ermua, mantenía el puesto un año largo después cuando el presidente de su gabinete, y a todos los efectos, su jefe, dijo aquello de “autorizo contactos con el entorno del Movimiento Vasco de Liberación”. Fue en aquella época cuando acuñó el concepto de tregua-trampa. Pero se mantuvo en el asiento, no levantó la mano para decir a su núcleo que aquello no le parecía ético y que abandonaba el barco. ¿Y cuándo él ya se encontraba centrado en la política vasca, pero desde Madrid se intentó manipular a toda la población con los atentados de Atocha 2004? Las ganas de poder podían frente a la información-trampa. Y de nuevo como mantel de mesa: ETA. Al señor Oreja, como a tantos otros y otras políticas les han tocado vivir durísimos años de política, bien en la calle bien desde el despacho, pero si se pretende evolucionar se debe asumir el presente tal y como está. ¿Que ETA era usada como baza política para ganar cientos o miles de votos? Triste, pero sí. La cuestión es que aquello ya pasó, ¿o no?