La pedagoga Heike Freire ha lanzado una campaña donde aboga por dejar algo de tiempo en la calle a los niños en cuarentena. La entendida explica que la vitamina D, así como otras propiedades que se reciben principalmente en el exterior, son necesarias para el correcto desarrollo físico y mental de la infancia, la gran olvidada en este periodo de confinamiento. Y es que los niños están a la cola en el reparto del derecho a calle, muy por detrás de los perros, so pretexto de que contagian. Esto no está debidamente demostrado, y tampoco habría mayor problema en sacar a estos últimos bajo el régimen de aquéllos: unos minutos, tres veces al día acompañados de solo un adulto que no se aleje más de 100 metros. En ciudades como Iruñea, donde desde finales del 2019 se contabilizan más canes que niños, no habría ni espacio para la picaresca; solo para la de unos niños que desde hace más de dos semanas apenas ven la luz del sol.