Desde el sindicato USO nos quedamos perplejos y denunciamos la posición y los intereses que nuestros políticos demuestran en estos días de grave crisis económica, laboral e institucional. Unos días en los que la ciudadanía de la Comunidad Foral de Navarra y del resto de las comunidades del Estado han sufrido y siguen sufriendo pérdidas laborales y humanas. Todavía sin salir de la cuarentena provocada por la crisis de la COVID-19 y sin tener claras las etapas y las medidas de la desescalada del confinamiento, el interés de nuestros representantes en Navarra parece que se centra, una vez más, en sus posturas ideológicas demostrando una total indiferencia por el bienestar e interés de la sociedad. En la sesión parlamentaria del otro día doña María de Simón, representante de Izquierda Ezkerra, solicitó al consejero de Educación, don Carlos Gimeno, la reducción horaria de la asignatura de Religión a su mínima expresión legal en la escuela pública. El consejero reiteró el compromiso del Gobierno para reducir al mínimo legal la carga de dicha asignatura. Esta es la manera en la que el consejero de Educación del Gobierno de Navarra, Carlos Gimeno, agradece el esfuerzo que los docentes de nuestra comunidad, entre ellos los profesores/as de Religión están realizando estos días para atender al alumnado de la forma más adecuada posible para que el sistema educativo de nuestra Comunidad Foral siga manteniendo esos estándares de calidad de los que siempre se han sentido tan orgullosos todos los navarros/as.Sin tener definido un plan concreto con medidas, calendarios y fechas para el regreso presencial del alumnado a las aulas, el Gobierno de Navarra sigue preocupándose por la reducción de esta asignatura. Utiliza tiempos y recursos que, a nuestro entender, deberían destinarse a tratar temas como: pruebas de EVAU, brecha digital, esfuerzo extraordinario para atención a la diversidad… Finalmente el consejero volvió a dejar clara la necesidad de una seguridad jurídica para abordar el tema y que se encuentra a la espera de la tramitación en el Congreso de Diputados de la nueva Ley de Educación, la LOMLOE. Una vez más este colectivo docente, dependiente del Departamento de Educación, en vez de sentirse valorado y apoyado en su trabajo diario, debe esperar con incertidumbre e inquietud su futuro, pendiente de una nueva ley educativa.