l pasado 25 de mayo, el agente Derek Chauvin mantuvo durante ocho minutos y 46 segundos su rodilla sobre el cuello de George Floyd a pesar de que la víctima repetía insistentemente que no podía respirar. Después de más de cinco minutos y medio Floyd perdió el conocimiento y, a pesar de ello, el agente persistió durante otros dos minutos y 53 segundos. Ninguno de los tres agentes que rodeaban a Chauvin evitó que el detenido muriera pocos minutos más tarde.

El hecho ha traído a la luz diversos datos estadísticos sobre brutalidad policial en Estados Unidos y victimización de la población negra. Los datos son desgarradores:

1- La violencia policial es una de las principales causas de muerte entre hombres jóvenes en los Estados Unidos.

2- 3.416 personas han muerto asesinadas por arma de fuego a manos de la policía en los Estados Unidos entre 2017 y 2020.

3- 755 de las víctimas eran negras, lo que representa el 22% del total de las muertes; desproporcionado, si tenemos en cuenta que tan solo el 12% de la población estadounidense es negra según el censo oficial del país.

4- Los varones negros tienen tres veces más posibilidades de morir a causa de la violencia policial: uno de cada 1.000 hombres negros tiene graves posibilidades de morir a manos de la policía.

5- 80 agentes norteamericanos han sido arrestados por asesinato u homicidio en acto de servicio entre 2005 y abril de 2017. El 35% de los mismos ha sido condenado.

En el caso de George Floyd, un día después de los hechos, los cuatro oficiales involucrados en el asesinato fueron despedidos y el departamento de policía de Minneapolis solicitó al FBI el inició una investigación a nivel federal sobre violación de derechos civiles. Cuatro días después, Chauvin fue acusado de asesinato en tercer grado y homicidio en segundo grado y arrestado. Los otros tres agentes involucrados han sido acusados de instigar y de colaborar en el crimen. El médico forense ha concluido que la forma de la muerte ha sido homicidio y la fianza para los cuatro oficiales se ha fijado en un millón de dólares.

El caso se ha convertido en titular de primera plana en todo el país y se han producido manifestaciones de más de cien personas en más de 750 ciudades en todos los estados de la Unión. Paralelamente, se han registrado actos de protesta similares en más de 60 países en todos los continentes y el Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, ha hecho declaraciones a este respecto. El eco de las protestas ha afectado al departamento de policía y a la guardia nacional y algunos agentes, de forma espontánea, se adhirieron a las protestas de los manifestantes, tomando incluso las pancartas y encabezando los actos. Conforme se han ido organizando más actos, estas reacciones se han reproducido de manera organizada. El movimiento Black Lives Matter, organizado en 2013, ha tomado nueva fuerza y los actos se suceden conforme pasan los días.

A este lado del océano, el 2 de marzo, Ahmed Abu Emad, de 22 años, recibió un disparo en el cuello cuando procuraba entrar ilegalmente en Europa cerca del paso de Ipsala. No se ha identificado al agente de policía griego responsable de la muerte. No se ha iniciado investigación alguna. Su cuerpo fue devuelto a Turquía mientras Erdogan declara cínicamente “se han abierto puertas. Europa obtendrá su parte de la carga” en referencia a los refugiados.

El portavoz del gobierno griego, Stelios Petsas, ha calificado el hecho difundido por la BBC y confirmado por Reuters como una “noticia falsa” y “propaganda turca”. La presidenta de la Comisión Europea y líder cristiano demócrata, Ursula Von der Leyen, y el portavoz de la agencia fronteriza de la Unión Europea, Frontex, han declarado que están estudiando “cómo apoyar mejor a Grecia” y el Alto Representante de la Unión no se ha pronunciado a este respecto, ni lo hará. Entre tanto, el ministro de Defensa, Nikos Panagiotopoulos, ha aclarado que Grecia está preparada para una eventual confrontación militar con Turquía.

La noticia apenas ha tenido eco y fuera de las fronteras de la Unión nadie sabe quién es Ahmed.

Las reacciones que la muerte de George Floyd ha ocasionado deben servir para algo más que para apuntar los excesos de la actuación policial en Estados Unidos. En varias ciudades francesas, donde ciudadanos árabes y negros tienen veinte veces más probabilidades de ser detenidos y registrados que los ciudadanos blancos, han comenzado a protestar por la actuación de la policía en Europa. En el Reino Unido se ha publicado un dato alarmante: 1.743 personas han muerto a manos de la policía de Inglaterra y Gales entre 1990 y 2020, y ningún oficial británico ha sido condenado por asesinato o homicidio involuntario desde 1986.

Moïse Lamine Bangoura, Mame Mbaye, Aristeidis L., Mike Ben Peter, Adil y Cédric Chouviat, algunas de las víctimas mortales que ha causado la actuación policial en Europa en los últimos dos años, también deben ser reconocidas por las autoridades e instituciones europeas que pretenden denunciar con un mínimo de legitimidad los excesos de la policía en cualquier otro continente.