Estimado lector: Lo cierto es que nunca antes me he dispuesto a escribir una carta formal. Pero no quiero dejar de intentarlo y aprovechar esta oportunidad para sacar a relucir uno de los servicios sanitarios más conocidos y, a la vez, más olvidados. Soy enfermera, tengo 22 años y escribo en nombre de todas las voces y caras que están tras el, últimamente, tan conocido número de teléfono 948 290 290.Resulta paradójico ser el punto de entrada de las dudas, angustias y consultas de nuestra comunidad Navarra, incluidos compañeros sanitarios, y del mismo modo ser cómplices del desconocimiento que existe respecto a nuestro servicio. Nos presento: somos el Consejo Sanitario.Trabajamos mano a mano con los rastreadores en el Recinto Ferial de Navarra (REFENA). Hemos visto numerosos reportajes, titulares y noticias relacionadas con la impecable labor de nuestros colegas. Sin embargo, no hemos observado que se haya mostrado a la ciudadanía el gran y tan necesario trabajo que desde nuestra pequeña oficina realizamos. No hace falta que aseguremos nada. Cualquiera que haya intentado ponerse en contacto con nosotros sabrá que es más difícil que encontrar una aguja en un pajar. Somos pocos, muy pocos. Muchos menos de los que cualquiera pueda imaginar y de los que nuestra sociedad requiere.La labor del servicio, en su origen, consiste en resolver pequeñas cuestiones sanitarias que pueden surgir en el día a día y que no son motivo de una consulta en Atención Primaria o en el Servicio de Urgencias. Especialmente, destinado a los pacientes crónicos, quienes se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.No obstante, estos últimos meses, nuestras tareas iniciales se han ido sustituyendo por múltiples consultas relacionadas con la covid-19. Como por ejemplo, citas y resultados de PCR, asuntos relacionados con rastreo, y actualmente, dudas escolares. Nos hemos saturado y se ha imposibilitado la atención a estos pacientes que, como os contaba, tanto nos necesitan. Con estas líneas, hago un llamamiento a la población para pedir comprensión, paciencia, respeto y prudencia. Nos necesitamos.Por último, y no por ello menos importante, quiero esclarecer que mi intención con esta carta no es otra que descubrir la implicación de todo el equipo del Consejo Sanitario ante esta situación. Por supuesto, trato de dar el reconocimiento que las personas que lo componen merecen. Sin desprestigiar a nadie: sí, hemos trabajado más horas extras que cualquier otro equipo de REFENA, incluidos los rastreadores.Alicia y yo dejamos este camino para empezar otros muy diferentes pero ilusionantes. Nos sustituyen Asun y Elena y sé que van a sentirse arropadas por Maite, Héctor, Leire, Itziar y el resto de enfermeras de SUE pediatría que nos complementan. Todas ellas hacen un trabajo digno de admirar.