s increíble cómo de un día para otro nos puede cambiar tanto la vida. El jueves 29 de octubre nos enteramos de todo esto, 1 hora y 30 minutos antes de que saliera en prensa, dejándonos así únicamente una semana para reaccionar y actuar. Se había tomado la decisión de nuestro futuro, sin contar ni con los barrios ni con las trabajadoras. Sin contar con profesionales, ni psicólogas, ni pedagogas y sin contar con los niños y niñas de los barrios, que es para quien se supone que va dirigido vuestro proyecto. Solo lo consultasteis con vuestro ego. Queréis trabajar con barrios que ni siquiera conocéis. Ni conocéis a sus gentes, ni su manera de funcionar. ¿Sabéis quiénes sí conocen los barrios? Los profesionales que llevan años trabajando en ellos y cómo no, la gente que vive en ellos. Toda esa gente que está en contra de vuestra propuesta. Esa gente que fuisteis a visitar para pedirles que os votaran. Esa gente que se arrepiente de votaros. Esa gente que jamás os ha votado y jamás os votará.

Es 5 de noviembre. Ha pasado una semana desde que supimos la noticia. Una semana que nos ha marcado y que no ha dejado indiferente a nadie. Una semana en la que nuestra vida ha dado un vuelco. Una semana en la que se nos ha hecho muy difícil organizarnos, y que aun así, hemos conseguido sacar fuerzas para manifestarnos. Una fuerza que ha nacido desde nuestra rabia, frustración y enfado.

Conforme se iba acercando el jueves y veía que esto se acababa, cada vez estaba más triste. Creía de verdad que Etxabakoitz Bizirik se moría.

Pero hoy me he dado cuenta de que no. Hoy me he dado cuenta de que Etxabakoitz Bizirik no se va a morir. La gente sigue ahí. Las que nos han apoyado siempre siguen ahí. El entusiasmo sigue estando. Las ganas siguen estando. Las trabajadoras siguen estando. Lo único que no continua es el dinero, la financiación.

La mayoría de gente pensará que el dinero es lo más importante, que sin el dinero no puede salir nada adelante. Creo que ha llegado el momento de darle la vuelta a ese concepto.

Por parte de la legislatura actual del ayuntamiento, el único apoyo que hemos recibido ha sido monetario. Todo lo demás han sido obstáculos y barreras. No se han preocupado ni por la asociación, ni por la gente del barrio. Ni siquiera se han molestado en saber cuáles son las necesidades de los niños y niñas del barrio para sacar su proyecto adelante, algo que demuestra que su proyecto no se sostiene. No conocéis el barrio, y por lo tanto, el barrio no os conoce a vosotros.

¿Sabéis quién sí lo conoce? Toda esa gente que ha estado apoyando a la asociación a cambio de nada. Esa gente que vale muchísimo más que el dinero que nos podáis aportar. Esa gente que ha estado ahí de verdad. Toda esa gente que demuestra que lo verdaderamente importante son los valores, el apoyo y el amor recibido, y no el dinero.

Seguimos siendo una asociación sin ánimo de lucro. Podemos seguir haciendo actividades sin vuestro dinero. Agradecemos todo el dinero aportado hasta ahora durante tantos años, pero tras esta experiencia, hemos llegado a la conclusión de que preferimos hacer actividades cogiendo cartones de la basura antes que con el dinero de gente que ni siquiera confía en nosotras.

Nos quitarán el dinero, pero todo lo demás no nos lo pueden quitar. Si queréis hacer coworkids hacedlo. Si queréis poner tantaka, ponedla. Si queréis quitarnos los locales, quitadnoslos. Pero que os quede claro que Etxabakoitz Bizirik, como su propio nombre indica, sigue vivo. Etxabakoitz Bizirik va a seguir haciendo lo mismo sin vuestro dinero. Etxabakoitz Bizirik bizirik jarraitzen du.

Pensaba que iba a estar triste, de luto.

De hecho, lo estaba.

Pero ahora no lo estoy.

Estoy tranquila porque he aportado todo lo que he podido para que esto no ocurriera, y lo digo con orgullo.

Estoy orgullosa de pertenecer a Etxabakoitz Bizirik.

Si vuestro objetivo era destruirnos, no lo habéis conseguido. No podéis destruir en un segundo una asociación que lleva 20 años luchando por los derechos de la infancia y adolescencia. Lo que se ha construido en 20 años no podéis destruirlo en una semana, ni en dos meses, ni en 2 años.