Irán, Venezuela, Rusia, Corea del Norte y otros países con deficiencias democráticas deben de estar gozando viendo las lamentables imágenes que unos descerebrados patrioteros dieron el otro día en el Capitolio; lo que hasta ahora era el símbolo de la democracia fue pisoteado por estos exaltados que encima eran jaleados por el nuevo Nerón, sí, el nuevo Nerón, ya que a Trump solo le falta tocar la lira mientras arde la capital de la "nueva Roma" que es Washington. El populismo, ya sea en su versión de izquierdas o de derechas, es lo que tiene, utiliza al pueblo, elimina al individuo y fomenta la masa, y las muchedumbres no razonan, solo berrean; señor Trump, con esta despedida no solo ha demostrado lo que era sino que ha hipotecado el trumpismo como movimiento político, váyase y compórtese los días que le quedan como presidente, no empiece ninguna guerra que le temo.