Antes de nada, debo pedir disculpas por mi comportamiento poco cívico al cometer una infracción grave con mi vehículo el pasado mes de octubre en la localidad de Sarriguren. Para poner al lector en escena sobre tal infracción, os explico que la ecociudad cuenta con dos vías de salida principales para sus vecinos. La más utilizada es la que sigue a la avenida Reino de Navarra, y la otra es la que se incorpora a la NA-2310 por la avenida de la Unión Europea. Muchos de los vecinos solemos optar por esta segunda salida porque es la más próxima a nuestras viviendas. En un tramo de la avenida, el comprendido entre el cruce entre la rotonda de la calle Urbasa y la avenida Jorge Oteiza, la velocidad está limitada a 20 kilómetros por hora por la proximidad de los colegios públicos Joakin Lizarraga y Hermanas Uriz Pi. Las entradas y salidas a los colegios están controladas por la Policía Municipal. El resto del tiempo no hay apenas tránsito de personas por esta vía de dos carriles y doble sentido, que también cuenta con topes y pasos de cebra para evitar que los coches circulen rápido.Pues bien, el pasado viernes recibí una notificación del Ayuntamiento de Egüés por una infracción de tráfico grave que cometí el 28 de octubre. Antes de abrir el sobre me pregunté qué infracción grave podría haber cometido un conductor tortuga como yo, que a veces es reprendido por otros vehículos por la escasa velocidad a la que suelo desplazarme. La multa de 100 euros se debía a que transitaba a 32 kilómetros por hora por este tramo limitado a 20 kilómetros por hora. A la hora que me impusieron la multa los críos estaban dentro del colegio, y no pasaba ningún alma por la calle.Cuando comenté el hecho a mis conocidos, varios de ellos me comunicaron que también les habían impuesto una multa en ese mismo lugar, por pasar como balas a velocidades cercanas a los 30 kilómetros por hora. Y que para más inri había sido un coche camuflado el que les había sacado la fotografía, un Opel Combo azul para más señas, operado por la empresa privada CGI, adjudicataria de la Seguridad Vial del Ayuntamiento de Egüés.Yo entiendo que cometí una infracción y que deberé pagarla. Lo que no me parece tan normal es que esta empresa contratada por el Ayuntamiento se dedique a cazar a los conductores que pasamos por ahí sin otro fin que el recaudatorio, y que lo haga con un coche escondido en un aparcamiento y friendo a multas a quienes desconocemos su existencia y circulamos a velocidades tan estratosféricas como 30 kilómetros por hora, en momentos que los niños están dentro de las instalaciones escolares. Animo a los responsables municipales a que se apuesten sin la presencia del Opel Combo en ese tramo y comprueben cuántos coches pasan a menos de 20 kilómetros por hora por ahí.