a historia de la ciencia también es la historia de las mujeres. Acusadas de brujas o hechiceras, las mujeres siempre han desarrollado prácticas científicas como médicas locales, curanderas, químicas, pero esos saberes y esos referentes han sido ocultados por la historia. Sin ir más lejos, podemos recordar a Martija de Jáuregui, curandera que ejerció en Navarra en el siglo XVI, protomédica y ginecóloga que fue procesada y desterrada por la Santa Inquisición.

Este es sólo el ejemplo de una vida, de una mujer científica, que nos recuerda la importancia de lograr el acceso y la participación plena y equitativa de mujeres y niñas en la ciencia y en la tecnología, así como de fomentar su empoderamiento. Con este fin, la Asamblea General de Naciones Unidas estableció el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Aunque no las hemos visto, las mujeres siempre han estado en todas las ciencias y en todos los niveles. La historia ha ocultado sus avances y logros, bien sea colocándolas a la sombra de sus colegas hombres o desdeñando sus avances. De ahí la importancia de generar referentes femeninos en todos los campos del saber, es importante que las niñas y jóvenes conozcan y aprecien las aportaciones de las mujeres en la ciencia, que sean un modelo en el que fijarse para que puedan creer en su capacidad de llegar a las metas que se propongan.

El hecho de que las mujeres no participen o tengan mayores dificultades para acceder al saber científico provoca una ciencia miope. La ciencia crece y se desarrolla planteando caminos a preguntas diversas, por eso es tan importante que la ciencia incluya la mirada de las mujeres, que la perspectiva de género se incluya en las investigaciones y que las mujeres lideren proyectos científicos.

En Navarra, desde el Instituto Navarro para la Igualdad, seguimos trabajando, a través de la Cátedra Mujer, Ciencia y Tecnología de la Universidad Pública de Navarra, para contribuir a la participación de las mujeres en la ciencia y la tecnología, incrementar su presencia en titulaciones STEM, impulsar la investigación en estas materias e incorporar la perspectiva de género en ellas, entre otros programas que se están desarrollando.

Educar en igualdad, que las niñas tengan acceso a la educación, que tengan los mismos derechos y oportunidades para acceder a órganos de decisión en el campo de la ciencia es fundamental para construir sociedades libres y alcanzar un desarrollo sostenible.

En palabras de la física Shirley Ann Jackson, "para que haya más científicas, primero hemos de enseñar a las jóvenes que sus sueños son válidos. Debemos prepararlas, además, para que protejan ferozmente sus sueños cuando los hombres y mujeres con autoridad las desafíen. Debemos ayudarlas a entender que son heroicas por persistir porque el mundo no puede prescindir de los descubrimientos que ellas harán, ni de la luz con la que iluminarán caminos que, sin ellas, permanecerían oscuros".

La autora es directora gerente del Instituto Navarro para la Igualdad