En el hemiciclo se escuchó: ¿y tú qué le djiste? Todo lo que había que decirle, y más. Y me contestó que por decirlo que no quede, pero que no debía decir esas cosas. Es cierto, porque en ocasiones decimos cosas que no debiéramos decir, por aquello que de el dicho al hecho hay un trecho. Seguimos diciéndonos en plan muy confidencial, y me contestó: ¿pero ya sabes lo que te quiso decir? Sin duda, porque son dichos que al buen entendedor con pocas cosas que le digan le bastan. Muchas veces guardas cosas que no te atreves a decir y luego te arrepientes por no haberlas dicho, o por el contrario, diciendo todo lo que tienes dentro te arrepientes por haberlo dicho. A decir verdad, solo nos arrepentimos cuando lo que decimos no es cierto, aun cuando en el hemiciclo hay dichos que se dan con frecuencia. Tras un dicho amenazante que dijo una de sus señorías, otra contestó: ¡si dicen que dizan, mientras no hazan! Expresión esta que se da con frecuencia en la Ribera de Navarra. Y es que son cosas que se dicen en nuestro hemicirco.