El mapa de nuestra ciudad se ha leído con un solo ojo. A pesar de que la historia de las mujeres, surgida hace ya varias décadas, sacó del cajón del olvido y puso en el mapa de nuestras ciudades a la mitad de la población que, sin nombre, ni voz, ni rostro, siempre ha habitado en ellas. Esta memoria histórica androcéntrica, que cuenta con la mitad de la población de manera periférica, es injusta para la sociedad igualitaria que estamos construyendo, y además genera violencia simbólica que comporta más desigualdad. Conocerlas no solo es reconocerse en ellas, también es ponerlas en el lugar que deben ocupar para colocarnos las mujeres de hoy en día -con ellas- en un espacio de poder. Entender los obstáculos perversos que han minado su camino es vital para no repetir errores y patentar estrategias de éxito en el largo camino hacia la equidad. Algo tan simple como saber que Pamplona, a fines del siglo XI, rompió moldes en la Europa católica con una transgresora obispa, Sancha Ramírez, o que a finales del siglo XIX contó con una rebelde funanbulista, Remigia Etxarren, nacida en la calle del Carmen el 11 de abril de 1853, puede empoderar, emocionar o simplemente inspirar a toda una generación de pamplonesas.Todo ello a pesar de que los descubridores, tanto de Sancha como de Remigia, sin quitarles mérito por mencionarlas en las crónicas oficiales, se esforzaron desde sus estudios en minusvalorar sus logros conseguidos por esa misoginia tan de moda entre algunos de nuestros ilustres compiladores de historias. Por eso la historia con perspectiva feminista es, además, tan necesaria como terapéutica. Remigia Etxarren, nuestra maravillosa acróbata sin rostro, ha servido como inspiración a la polifacética artista pamplonesa, Estefanía de Paz Asín, para sumergirse en su vida, con toda la pasión de quien encuentra en el callejón del pasado a una referente, tuneando ese material explosivo, sacado de los fríos archivos, para crear una exposición y un espectáculo, La Reina del Arga, tan atrevido, divertido y vital como la vida de Remigia.La Pamplona feminista necesita investigar, buscar, entender el pasado para cartografiar un nuevo mapa de la ciudad y para construir una genealogía con sus referentes. Remigia llevó por el mundo la corona de reina del Arga, el paseo, ahora, debería devolverle el favor tomando su nombre.