Aún a costa de parecer un listillo y admitiendo todas las correcciones y alternativas que propongan personas más preparadas que yo, ahí va mi teoría sobre el tratamiento recibido por la hostelería, después del confinamiento total, que precisaría tratamiento aparte.A los hosteleros, en lugar de cerrarles los locales sí o sí, dando a entender que eran los apestados de la situación, habría que haberles dado una alternativa, sí o no. Pero con la decisión última en sus manos. Si la Administración, desde el principio, en lugar de cerrar locales, facilita la opción de abrir a quien cumpla los requisitos de ventilación, distancia y control de las reservas para una posible labor de rastreo de contactos, hubiera evitado problemas de relación y ahorrado dinero.Al final, se ha hecho algo parecido, al menos en Navarra, pero hablo de que la Administración llegara incluso a financiar las mejoras en ventilación, los sistemas informáticos para el registro de las reservas (preservando la privacidad de los datos y buscando cobertura legal) y la posterior conexión con el sistema oficial de rastreo, que siempre habría sido más barato que todo el montaje de subvenciones, ERTE, etcétera puesto en marcha. Lo digo desde mi amplia experiencia en tratamiento de bases de datos y conociendo las ayudas que están recibiendo negocios afectados. Y, además, serviría para tener datos reales del índice de contagios en el sector. Que no se tiene.Ya sé que dicho así suena muy sencillo algo que es muy complicado de ver cuando llega una pandemia como ésta, pero estamos en el siglo XXI y las nuevas tecnologías han permitido aplicaciones como Radar Covid, que ya nos parece viejo y de poca utilidad."En este local cumplimos con la norma Covid y llevamos control de las reservas para facilitar el rastreo en posibles casos de contagios"."Este local está cerrado porque no creemos que debamos llevar control de nuestros clientes".Suenan duros los dos posibles carteles en el acceso a locales afectados, pero más dura es la pandemia.