Antes los hijos ayudaban a sus padres, ahora son los padres los que ayudan a sus hijos. Antes no teníamos coches, ahora no tenemos sitio para aparcarlos. Antes había mucho trabajo, ahora hay poco. Antes había poca delincuencia, ahora hay mucha. Antes no había democracia, ahora tampoco. Antes los pisos eran muy baratos, ahora son muy caros. Antes distinguíamos a un hombre de una mujer, ahora hay casos que es muy difícil. Antes cedíamos el asiento a las señoras, ahora no. Antes conocíamos a nuestros vecinos y ahora no sabemos su nombre. Antes no se trasnochaba, ahora se acuestan de día. Antes no había droga, ahora sí. Antes bebíamos un botellín, ahora se beben un botellón. Antes había un gran respeto a nuestros mayores y maestros, ahora no, sobre todo a éstos, que lo están pasando muy mal. Antes nos vestíamos acorde donde íbamos, ahora algunos van de playeros a recoger un premio a un teatro. Antes se respetaba la vida privada, ahora se comercializa con ella. Antes no nos informaban de nada, ahora nos informan demasiado. Antes algunas cosas eran pecado, ahora resulta que no lo son, lamentando que no nos lo dijeran antes. Antes había cosas que podías hacer con frecuencia y ahora solo de vez en cuando. Antes éramos más jóvenes y ahora no es que seamos más viejos, sino que somos más mayores, por lo que quizá sea ésta la causa fundamental de que nos agrade más lo de antes que lo de ahora.