Durante un tiempo entregué varias instancias en el Ayuntamiento de Pamplona solicitando, como vecino de la zona norte de la Rochapea, pagar la tarjeta de residente para aparcamiento en la zona de estacionamiento limitado y restringido. De esta manera podría aparcar mi furgoneta motocarro Piaggio APE 50, cuyas dimensiones son dos metros con setenta centímetros de longitud y un metro con treintaisiete centímetros de anchura con una capacidad de un metro cúbico.Las instancias que entregué para conseguir la tarjeta de residente fueron continuamente denegadas por el Ayuntamiento de Pamplona, en ellas me indicaban que no hay tarjetas de residente para ciclomotores aduciendo que puedo aparcar en los lugares habilitados para ello. Como no entendía, ni estaba conforme con la contestación recibida, entre otras cosas porque los denominados "microcoches", cuadriciclos ligeros de 4 ruedas sí pueden obtener la tarjeta de residente para aparcamiento, decidí escribir al Defensor del Pueblo.El Defensor del Pueblo recomendó al Ayuntamiento de Pamplona concederme la tarjeta de residente para estacionar mi motocarro, para ello se basaba en el artículo 10 de la Ordenanza reguladora de las zonas de estacionamiento limitado y restringido, del año 2007. La respuesta del Ayuntamiento de Pamplona fue afirmativa, en base a ese artículo, pero que también es de obligado cumplimiento la Ordenanza de Movilidad de la ciudad de Pamplona, del año 2019, que en su artículo 11 "Ciclomotores y motocicletas", indica en su segundo punto "las motocicletas de tres ruedas, siempre y cuando estén homologadas como motocicleta, se equiparan a las de dos ruedas a todos los efectos". Es decir no diferencian las motos de tres ruedas, dos de ellas situadas en la parte delantera, con los motocarros de mayores dimensiones y de idénticas dimensiones que los cuadriciclos ligeros de 4 ruedas, que sí obtienen la tarjeta.Por lo que me encuentro en la imposibilidad de poder aparcar, no sólo en el centro de la ciudad, sino en la mayoría de los barrios de Pamplona debido a las dimensiones de mi motocarro antes mencionadas, que ocuparía más de una plaza para motocicleta, sin incluir la apertura de la puerta y poder salir o entrar del motocarro. A eso habría que añadirle los dichosos bolardos que el Ayuntamiento de Pamplona puso en los aparcamientos para ciclomotores en la zona norte de la Rochapea y que me impiden la entrada en las plazas de aparcamiento. Como vecino de Pamplona, me siento discriminado por tener un motocarro y no poder aparcar como el resto de vecinos y vecinas. Una vergüenza.