Igual que Casado -en el fondo, no en la forma-, Alberto Núñez Feijóo fue a Bruselas a hablar mal de España poniendo en duda la aplicación de los fondos europeos por “su opacidad y baja ejecución” y por el “elevado endeudamiento de la economía española” e hizo hincapié en una inflación “que supera la media europea” porque España “es un país sin rumbo”. Tras tan dañina exposición, a renglón seguido y como si antes no hubiese dicho nada, solicitó “confianza en España”.Basta ya de desleales patriotas constitucionalistas que denigran su patria en el extranjero y siembran dudas en Europa.La avidez por el poder le ciega hasta anteponer sus intereses a los de España. Además de cuestionar los excelentes datos de empleo, en el Senado manipuló cifras económicas y se empecinó en incumplir la Constitución rechazando, una vez más, renovar el Consejo General del Poder JudicialTanta tergiversación es patética. Los datos de prima de riesgo, colocación de deuda y empleo demuestran que España está muy lejos del oscuro panorama que dibuja.